El lenguaraz alcalde de Las Choapas, Renato Tronco, develó que el chantaje contra el PRI y el gobernador Javier Duarte, involucra al dirigente de los maestros veracruzanos
 
 
De aspecto bonachón y de trato amable, no es fácil imaginarse al profesor Juan Nicolás Callejas Arroyo, dirigente del magisterio veracruzano, acordando marrullerías traperas con el polémico alcalde de Las Choapas, Renato Tronco Gómez.
 
En un sector que debiera ser ejemplo de democracia en bien del país y de quienes abrevamos en sus aulas, Callejas Arroyo es, sin embargo, dueño de un cacicazgo que data de hace más de tres décadas. Es lógico pensar que no lo ha logrado, precisamente, alentando la democracia.
 
Ahora se ve involucrado en un caso de chantaje político, inodado con el alcalde choapense para forzar al PRI, su partido, a conceder la candidatura a diputado en el distrito V de Poza Rica para un súbdito del cacique magisterial, so pena de armarle una revuelta mayúscula al tricolor.
 
La ecuación tiene cierto grado de dificultad. Renato Tronco ha venido impulsando la candidatura de su hermano Miguel por la alianza de izquierda, postulado por el partido Movimiento Ciudadano, en el distrito XIV de Minatitlán, con ganas de enfrentar, fracturar y derrotar al precandidato priísta, Noé Hernández González, la carta mayor de la sección 10 del sindicato petrolero.
 
Antes en corto, ahora en abierto, Renato Tronco ha esbozado que la posible candidatura de su hermano Miguel por la alianza PRD-PT-Movimiento Ciudadano es negociable. La retiraría si a cambio los petroleros ceden en el distrito de Poza Rica, donde proponen a Jorge del Angel Acosta, y esa posición le es entregada al cacique Callejas para uno de sus alfiles, Gaudencio Hernández, actual precandidato del PRI.
 
O sea, Callejas intenta, a través de las argucias de Renato Tronco, incluido el respaldo a la izquierda en un distrito sumamente complicado para el PRI, crucificar a los petroleros y tumbarle una candidatura, justamente en Poza Rica, donde su influencia es total.
 
Se trata de un conflicto mayor para el PRI. El gremio petrolero, liderado por Carlos Romero Deschamps, su líder nacional, tiene mayor peso político y económico que el magisterio, dividido éste entre los maestros afines al priísmo y los leales a Elba Esther Gordillo, la dirigente real del Partido Nueva Alianza.
 
Callejas, sin embargo, no había aparecido en escena hasta que el alcalde de Las Choapas abrió su desenfrenada boca y a su muy peculiar estilo describió la mecánica del chantaje.
 
Callejas, de acuerdo con la revelación de Renato Tronco, ha convertido al PRI, su partido, en rehén de sus ambiciones políticas, insaciable a tal grado que no le basta con la diputación federal que ostenta y el liderazgo de los legisladores priístas veracruzanos en el Congreso Federal, ni con la diputación local que ocupa su hermano, Ricardo Callejas y Arroyo, en la Legislatura de Veracruz.
 
Su apuesta es, también, un reto al gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, quien había comprometido espacios políticos a favor del sindicato petrolero, incluídas diputaciones federales y su beneplácito para que Romero Deschamps y Ricardo Aldana Prieto se conviertan en senadores de la República.
 
En altos círculos del PRI se sabía que Renato Tronco no se movía por cuenta propia. Tampoco que su afán por ser diputado federal, frenado por el Congreso de Veracruz al no concederle la licencia al cargo de alcalde de Las Choapas, era mera ambición personal. Se advertía que otros factores políticos conducían sus pasos atropellados pasos hasta el punto de regatearle al gremio petrolero la candidatura en Minatitlán y finalmente a financiar y operar a favor de la izquierda.
 
Lo que habría revelado el alcalde de Las Choapas es aún más perverso: el autor intelectual del chantaje al PRI es el siempre institucional Juan Nicolás Callejas Arroyo, soldado del sistema, beneficiario de un cacicazgo, líder de un magisterio que con los labios lo alaba y con el corazón lo detesta.
 Habrá que esperar para constatar si el PRI, finalmente, cede a la presión o aplica, con Renato y con Callejas, la rudeza necesaria.
 
Por lo pronto, el cacique del magisterio da clases de tenebra y marrullería, así sea contra el partido, el PRI, al que le debe carrera y fortuna.