Al llamado patrimonio de los mexicanos -PEMEX- le va muy mal en la pirinola del poder: roba uno, roban dos, todos roban.

Son los funcionarios de Pemex, entrenados para dar declaraciones insulsas a la prensa; nada aportan, sonríen, pero no con simpatía, sino que denotan hartazgo por tener que rendir cuentas a una prensa que no satisfacen, porque no quieren ni pueden. Las complicidades con lo ilícito son evidentes.

Dan, pues, atole con el dedo.

Pemex está infestado, plagado de corrupción, pero nadie ve. O nadie quiere ver.

Al llamado patrimonio de los mexicanos le va muy mal en la pirinola del poder: roba uno, roban dos, todos roban.

Los políticos dan rienda suelta a los cuerpos policiacos, no solo para que ignoren sino hasta para que participen en la corrupción. Los malos funcionarios de Pemex que ostentan riquezas insultantes, solamente dejan pasar, disimulan y cuando ya el atraco se consumó, denuncian y hasta a ruedas de prensa llaman.

Esta semana Pemex tuvo que aportar cifras alarmantes en cuanto al robo de combustible. Reveló que en lo que va de 2012, en los últimos 50 días, cada 48 horas se reistraba una toma clandestina en el estado de Veracruz.

Veracruz ocupa el primer lugar a nivel nacional en esa práctica delictiva. En el 2012, Pemex ha acreditado 29 tomas clandestinas, de las 173 que se han detectado en el país, lo que representa el 17 por ciento de estos ilícitos, y que colocan a Veracruz por encima de Sinaloa, que hasta entonces ostentaba el mayor récord.

Las cifras totales son las siguientes: 
Veracruz 29, Sinaloa 25, Nuevo León 18, Tamaulipas 17, Puebla 14, Coahuila 10, Sonora 10, Guanajuato 9, Baja California 9, Jalisco 8, Hidalgo 6, Oaxaca 6, México 4, Tabasco 3, Chihuahua 2, Quintana Roo 2, Tlaxcala 1 y Zacatecas.

Pareciera un contrasentido que Pemex, con toda la infraestructura para preservar su patrimonio, con recursos vastos para salvaguardar sus instalaciones, con tecnología para detectar infraganti a los delincuentes, sea objeto de un permanente atentado con una merma de combustibles tasada en millones de pesos, sin que nada ni nadie lo pueda o lo quiera impedir.

Quienes hurtan gasolinas no operan solos. Tienen sus enclaves en la estructura de Pemex. Son sus orejas y sus ojos, sus informantes anónimos, sus cómplices.

Existe evidencia de sobra para acreditar que las mafias chupaductos trabajan con toda impunidad y con información privilegiada.

Pero hay otras formas de lesionar la economía de Pemex. Se trata de la venta de combustibles a empresas privadas con precio preferencial, que no se justifica y que afectan gravemente los ingresos de la paraestatal.

Por ejemplo, hace unos meses, en octubre de 2011, Petróleos Mexicanos informó que la directora de Pemex Comercio Internacional, María del Rocío Cárdenas Zubieta, junto otro grupo de funcionarios, fue inhabilitada, sancionada y multada por otorgar descuentos injustificados en la venta de gasolina a las empresas internacionales Trafigura y Gunvor.

La multas que le impusieron iban desde 283 millones 942 mil pesos, hasta la del ex encargado de despacho de la Dirección Comercial de Refinados, César Elías Covarrubias Prieto, a quien se le penalizó con 85 millones 68 mil 654 pesos.

Al subdirector Comercial de Gasolinas y Componentes, Alberto Olimón Salgado, se le sancionó con 170 millones 683 mil 234 pesos y al ex gerente Comercial de Gasolinas y Componentes, Alejandro Tello Winniczuk, con más de 12 millones de pesos.