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Roberto Morales Ayala

Zona Franca

Yunes-Vásquez Cuevas, cortados con la misma tijera

05/03/2012 07:44 a.m.
Putrefacto, el PAN ya apesta en Veracruz. Enfrenta una crisis inédita tras hacerse evidente que la elección de sus candidatos al Senado estuvo plagada de irregularidades, prácticas fraudulentas y alteración del proceso democrático.
La madrugada del sábado 3, la Comisión Estatal de Elecciones (CEE) emitió un documento en el que diagnosticaba que el cúmulo de irregularidades, 154, ocurridas en el proceso interno del 19 de febrero, hacían inviable la validez de la elección y, con ello, debía anularse la candidatura de Fernando Yunes Márquez al Senado de la República.

Será, como ya se dicho, la Comisión Nacional de Elecciones del PAN la que determine la validez de la elección.
 
Pero es tangible que el panismo de Veracruz entró en una fase de crisis a partir de la conducta perniciosa de sus candidatos al Senado, Fernando Yunes, que exhibe prácticas priístas para lograr sus fines, y Víctor Alejandro Vásquez Cuevas, a quien lo distinguen sus nexos con el PRI y las prebendas que recibió del gobierno de Veracruz en tiempos de Fidel Herrera Beltrán.

Lo que categorizó la CEE fue lo que vivieron los panistas el día de su elección. Fue el día que el equipo de Yunes Márquez violentó la democracia interna; el día que con trampas priístas arrebató el triunfo a un panista, el Pipo Vázquez, que viste de azul pero su corazón es rojo; el día que, en una jornada para olvidar, enviaron sus valores y principios al cesto de la basura.

Sea cual sea la decisión de la Comisión Nacional de Elecciones, sea Fernando Yunes o Pipo Vásquez el candidato al Senado que acompañará a Julen Rementería del Puerto, el PAN ha evidenciado su degradación.

Víctima del pragmatismo de sus dirigentes, Acción Nacional no representa ni por asomo un cambio verdadero en la conducción del país.

Los grupos de ese partido en Veracruz, le apuestan al sacrificio de Josefina Vásquez Mota en las elecciones del 1 de julio. Tal pareciera que es la moneda de cambio para garantizar, por la vía de la consolación, un escaño sexenal en la Cámara de Senadores.

Pero al PAN no sólo lo aquejan personajes como Fernando Yunes y Pipo Vásquez.

Veracruz es Nuevo León y es todo México. Los Yunes y los Pipos, con otros nombres y con otros rostros, abundan en el panismo; degradan los principios del PAN y su dirigencia consiente procesos plagados de irregularidades.

En Monterrey, el empresario Rogelio Sada Zambrano, un símbolo dentro de la iniciativa privada, renunció a 50 años de militancia, en repudio al pragmatismo con que se manejan sus dirigentes, la entrega de candidaturas a arribistas y de prácticas pervertidas.

Sada Zambrano pronunció un discurso contundente tras la designación del alcalde de Monterrey, Fernando Larrazábal Bretón, como candidato a la diputación federal, tras el escándalo que enfrentó el edil luego del atentado incendiario en el Casino Royale con saldo de 53 muertos.

Larrazábal fue conminado por la dirigencia panista a solicitar licencia al cargo mientras se desarrollaban las pesquisas y se definía si estaba implicado en un caso de sobornos por parte de los jeques de los casinos. No lo hizo. De ahí que fuera sometido a un proceso interno y se demandó su expulsión del PAN.

Nada se logró. Ni Larrazábal dejó la alcaldía ni fue expulsado del PAN porque los tribunales electorales revirtieron la determinación panista.

Ver ahora que el alcalde de Monterrey, embarrado en el caso del Casino Royale, será candidato a diputado, fue la gota que derramó el vaso. Rogelio Sada lo expresó con crudeza.
 
Dijo que el PAN “está muerto” debido a la infiltración de personas que han traicionado sus doctrinas y valores.

Barrió con todos. Acusó al líder nacional del PAN de ser el responsable de “la perversión del PAN, al premiar con candidaturas a personas que han desprestigiado al partido hasta un punto intolerable”.

Dijo Rogelio Sada:
“Han insultado al pueblo de Nuevo León por premiar a personas que lejos de ser premiadas debieron ser amonestadas cuando menos por un partido que aspira a ser el partido honesto de México”.

Catalogó al PAN como un partido de hiperpragmáticos “que ha aceptado la corrupción a cambio de votos. El PAN sufre una desviación de los principios éticos y que si Gustavo Madero tuviera vergüenza, renunciaría”.

En Chihuahua, un grupo de diputados y senadores, así como figuras de la talla de Luis H. Alvarez y el ex gobernador de Baja California Ernesto RuffoAppel, entregaron un documento a la Comisión Nacional de Elecciones señalando que el proceso interno para elegir candidatos chihuahuenses al Senado “fue denigrante para el PAN”, y que las irregularidades “manchan al partido”.

Como puede verse, practicar la democracia interna fue lesivo para el PAN. Exhibió la degradación de los valores panistas, la imposición de candidatos, la incorporación de prácticas fraudulentas, la infiltración de personajes ávidos de poder, compra de votos y relleno de urnas. Algo que no ocurría cuando los panistas elegían a sus candidatos mediante convenciones de delegados.

Desviados del camino de la democracia, los panistas cargan a su partido en un ataúd.

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