El peor enemigo de Marcos Theurel, se llama Marcos Theurel. Y uno de los peores enemigos de Coatzacoalcos, también se llama Marcos Theurel.


 

El exabrupto escenificado por el edil en contra de un contratista que le reclamaba el pago de sus servicios, se convirtió de la noche a la mañana en la confesión que hacía falta para que él mismo se desenmascarara totalmente.


 

En la grabación –a todas luces fidedigna- que circula por la red, Theurel Cotero, además de mentar madres y mostrar el puño, llama repetidamente “traidor” a su ex colaborador, Adrián Pérez Martínez, y reconoce a gritos que se robó millones de pesos justificados con obras fantasmas y facturas apócrifas.


 

Si se trata de asuntos entre ladrones, bien dice el señor Theurel que fue traicionado.

 

Sin embargo, es grave su delación por el hecho de que siendo alcalde de Coatzacoalcos, revela que protege a quien le roba a su pueblo. Ello, lo convierte en un traidor aún más despreciable.


 

Nada nuevo dijo el señor Theurel en su confesión. El periodista Mussio Cárdenas Arellano ya tiene su tiempo que viene alertando a sus lectores -en franco cumplimiento de su deber- de la clase de fichas que hoy gobiernan Coatzacoalcos.

 


En la columna Informe Rojo que Cárdenas Arellano difunde en su sitio de internet del mismo nombre, en decenas de portales de noticias -entre ellos diariopresencia.com- y el impreso diario PRESENCIA SURESTE, ha dado cuenta, puntual y preciso, de las tropelías del edil.


 

Dos ejemplos de ese ambiente de corrupción, la columna Informe Rojo lo dio a conocer en sendas columnas publicadas el 7 de septiembre y el 9 de noviembre del 2011.

 

Apunto lo anterior para dejar constancia que lo afirmado por Mussio, no se sustenta en la grabación conocida, sino que ésta no hace más que confirmar lo revelado por las investigaciones que lo caracterizan.

 

Dos protagonistas de la columna septembrina son, precisamente, el ex secretario de Obras Públicas Municipales, Adrián Pérez Martínez, y el secretario técnico de Obras, Rodolfo Morales.

 

Rodolfo Morales tuvo a su cargo, en 2011, el proyecto de limpieza de los canales pluviales de Coatzacoalcos, clave para evitar inundaciones en las colonias proletarias.

 

Dispuso de 7 millones de pesos, de los que nunca dio cabal cuenta. Fue un gasto a fondo perdido, negocio de unos cuantos, entre ellos los amigos del alcalde Marcos Theurel, que arrendaron maquinaria para los trabajos de desazolve.
Rodolfo Morales era una pieza fundamental en el engranaje del secretario de Obras, Adrián Pérez Martínez. A través de él aterrizaban millones de pesos del presupuesto municipal, cuya misión era hacer que cuadraran las cifras que justificaran la inversión.

 

El área financiera del ayuntamiento de Coatzacoalcos sometió a diversas investigaciones a Rodolfo Morales. La limpieza de canales pluviales fue un verdadero saqueo. Se realizaron de manera deficiente e incompletos, tan es así que el mismo Marcos Theurel confesó en su exabrupto ante el constructor que le reclama el pago de sus obras, que el desazolve fue una ratería.

 

Desde septiembre, Theurel había recibido un sinfín de quejas de Rodolfo Morales y su protector, Adrián Pérez Martínez, y a todo respondía que el ex secretario de Obras lo tenía “hasta la madre”.

En la columna de Octubre, Informe Rojo apunta que Theurel y Adrián eran cómplices en todo, desde que aquel ocupaba la Secretaría de Comunicaciones en el gobierno de Veracruz, respaldado y solapado por Fidel Herrera Beltrán. Adrián Pérez era su operador con los constructores. Con ellos se ajustaban los contratos de obra, se limaban asperezas y se ganaban los favores de los contratistas. Era inamovible. Su voz era la del secretario Theurel, para bien o para mal, para abrir puertas o para cerrarlas.

 

Era, además, su operador político, quien mantenía los vínculos con los patriarcas del priismo y con los mandos de poder en Veracruz. Usaba su poder para destinar obras carreteras en municipios en que se requería allanar conflictos electorales o ganar la incondicionalidad de grupos de poder.

 

Adrián Pérez Martínez tuvo todo el poder en al área de Obras Públicas del ayuntamiento de Coatzacoalcos. Decidía todo, máxime cuando los contratos debían quedar en manos de los amigos y socios del alcalde Marcos Theurel.

Fue un operador que gustaba de andar en malas compañías.

Así permitió negocios y raterías de empleados acostumbrados a disponer de los recursos de la institución.
Existen decenas de documentos que demuestran que Adrián Pérez Martínez asignó obras a los amigos del alcalde Marcos Theurel transgrediendo leyes y reglamentos. Una de ellas fue la que le otorgó a la empresa Haus, Desarrollo Inmobiliario, S.A. de C.V., propiedad de Jeniffer Parra Gutiérrez Zamora, hija de los más entrañables amigos de Theurel, el constructor José Antonio Parra. La obra no fue sometida a licitación pública, a pesar de que por su monto debía cubrirse en requisito.

 

Se abrió una investigación por parte de la Contraloría Municipal, pero nada ocurrió.

Antes y ahora, Marcos Theurel solapó los excesos y las ilegalidades de Adrián Pérez Martínez. En su exabrupto, cuyo audio circula en internet y escandaliza a cualquiera, sostiene que el ex secretario de Obras robó 4 millones de pesos con facturas apócrifas, sin realizar el desazolve de canales.

Lo de menos es que Marcos Theurel grite que Adrián Pérez es un ladrón. Lo grave es que no lo denuncie, pues ello presupone complicidad.

 

Dice Theurel que Adrián Pérez lo traicionó. Puede ser. Sin embargo, es peor la traición de ellos al pueblo de Coatzacoalcos, dedicados a robar los recursos públicos, encubrirse y cuando hay desacuerdo, rasguñarse.

Bien dicen que a los delincuentes el botín los une pero el reparto los divide.


 

El peor enemigo de Coatzacoalcos, es quien lo traiciona, ofreciendo impunidad a quienes lo saquean.