Marcos Theurel Cotero ha evidenciado que el priísmo de Coatzacoalcos anda a la greña y que su antiguo protector, Marcelo Montiel Montiel, es un enemigo acérrimo, al que culpa de todas sus desventuras y fracasos.

 

El alcalde de Coatzacoalcos, no se sabe si en un lapsus linguae o en una abierta declaración de guerra, acusa a su antecesor y ex amigo de orquestar una serie de ataques en su contra, a partir de la difusión de un audio en que se le escucha insultar al constructor Mario Alberto Escobar Guzmán, alias El Travis, a quien le niega el pago de casi 2 millones de pesos por trabajos en la Expo Feria, y revela casos de corrupción orquestados por quienes él mismo llevó a cargos de directivos en el ayuntamiento.

 

Desde hace una semana, Marcos Theurel se halla en el centro de un huracán político. La difusión del audio lo ha hecho ocupar amplios espacios en la prensa regional y estatal, y en sitios de internet.

 

Ha propiciado los más negros comentarios por su florido lenguaje, su trato déspota y la prueba palpable de que solapó a los corruptos y, de no ser por la difusión de la grabación, no estaría ofreciendo que va a enfrentar a quienes, según sus propias palabras, transgredieron la ley y los llevará ante la justicia. Marcos Theurel no se distingue por su prudencia.

 

No es sensato. Es un político explosivo y prepotente que frecuentemente se va de bruces cuando algo le incomoda. Este conflicto lo hizo confesar, y reconocer, que trae pleito casado con el ex presidente municipal de Coatzacoalcos, Marcelo Montiel, a quien debe el haberse encumbrado en la política veracruzana, aunque su paso por la Secretaría de Comunicaciones en el gobierno de Fidel Herrera Beltrán estuvo significado por acusaciones de corrupción.

 

Dijo que el famoso Travis es parte del equipo de Marcelo Montiel y que en contubernio con el ex secretario de Obras Públicas de Coatzacoalcos, Adrián Pérez Martínez, un amigo entrañable a quien hoy le lanza sapos y cebollas, pretendía cobrar casi 2 millones de pesos.

 

Y como no se dejó, quiso extorsionarlo con el audio en que lo insulta, aunque después deslizaría la versión infantil de que se trata de un montaje. Independientemente de si Marcos Theurel es el paladín de la lucha anticorrupción o es quien fomenta las raterías de la compañías contratistas, o si El Travis es gente de Marcelo Montiel o un constructor honesto, lo cierto es que el alcalde de Coatzacoalcos ha puesto en claro que existe una crisis política entre él y el grupo montielista, el de mayor estructura en el priísmo.

 

Theurel acusa a Escobar Guzmán, El Travis, de haber sido funcionario del DIF municipal en el ayuntamiento de Marcelo Montiel, quien le asignaba obras a lo grande. Lo que dijo está plagado de frases para los bronces y en claro que el problema es de grandes dimensiones.

 

Por ejemplo: “Hay un trasfondo político de algunas personas que están tratando de empañar la buena administración que estamos haciendo. Esta es la mejor administración que ha tenido el municipio de Coatzacoalcos, le pese a quien le pese, le duela a quien le duela. No quiero sonar triunfalista. Nos falta mucho por hacer y estamos echándole ganas para que bajen los recursos.

 

“Nos tocó recibir un ayuntamiento quebrado con unos funcionarios que hoy ya no están; se pisan callos y estoy atenido a lo que diga la ciudadanía que hoy califica el gobierno de Marcos Theurel con 7.8, que es muy alto. “Estoy para servir; no para encubrir ni tapar a nadie y si generan molestias de manera particular pues que me disculpen. Hay quien ataca desde la oscuridad y el anonimato. Yo sí doy la cara y vamos a hacerlo con la ley en la mano”.

 

Marcos Theurel y Marcelo Montiel interpretan una nueva versión de amores perros, en víspera del arranque del proceso electoral y la diputación federal por Coatzacoalcos, de por sí complicada para el PRI, ha entrado en fase crítica. El pleito de hoy nace del resentimiento del cercano ayer. Theurel pretendía imponer a su esposa, Guadalupe Félix Porras, como candidata suplente. Marcelo Montiel, impulsor de Joaquín Caballero Rosiñol, se negó tajantemente.

 

La vetó y, de paso, la humilló. A Theurel lo exhibió como un político de escasa influencia y de mínimo peso. Theurel pretendía que su esposa asumiera la diputación federal, si el PRI ganara la elección en un distrito donde suma un historial de derrotas, una vez que Joaquín Caballero dejara el cargo para contender, en 2013, por la alcaldía de Coatzacoalcos, como es el proyecto de Marcelo Montiel.

 

Theurel carece de estructura político-electoral y suponía que Marcelo Montiel le haría el trabajo pesado para que su esposa, trepada en una candidatura que no merece, llegara al Congreso Federal. Marcelo Montiel les frustró el sueño y de ahí el odio que de por sí se venía incubando entre ambos. Marcos Theurel está atrapado en un escándalo mediático y en un conflicto político.

 

El audio en que se le escucha proferir insultos al constructor Travis y en el que reconoce actos de corrupción que solapó al grado de decir que su ex secretario de Obras, Adrián Pérez, renunció porque tenía proyectos políticos, y ahora asegura que lo corrió por transa, es fuego en las manos del alcalde. Las autoridades habrán de determinar las responsabilidades de cada uno; quién actuó con honestidad, quién robó el dinero del erario y quién solapó la corrupción.

 

Lo que tiene en mente el alcalde Marcos Theurel es desvirtuar el contenido del audio donde insulta y amenaza al constructor, que es lo que finalmente lo exhibe ante la opinión pública. Lo demás es un pleito entre pandillas políticas.