La vista se no puede mostrar porque supera el umbral de vista de lista (5000 elementos) aplicado por el administrador.

Para ver los elementos, intente seleccionar otra vista o crear una nueva. Si no cuenta con permisos suficientes para crear vistas para esta lista, solicite al administrador que modifique la vista de modo que cumpla con el umbral de vista de lista.

Más información sobre la creación de vistas para listas grandes.

Roberto Morales Ayala

Zona Franca

La elección de los renegados

09/04/2012 07:08 a.m.
En Veracruz pareciera que solo existen el PRI y sus candidatos. Los candidatos panistas y perredistas son invisibles, apenas conocidos, y sus partidos, el PAN y el PRD, atascados en sus pugnas internas, sus pleitos de siempre, no pueden salir del lodazal en que se han convertido.
 
Su imagen es nula; su vinculación con el electorado no existe; son candidatos que no prenden. Y si algo faltara, sus partidos, atenidos a sus conflictos y a sus disputas, no se han percatado que la contienda federal ya comenzó.
 
Metafóricamente hablando, el grupo de poder que manipula este escenario desde el PRI, es el gato, en este juego de gatos y ratones, que seguirá devorando los recursos de los veracruzanos. El panorama es vergonzoso.
 
Con todos sus defectos, con su mala fama, con un historial de elecciones ganadas con fraude, y de atropellar todo vestigio de democracia, el PRI es —insólito— más que un partido a vencer; es el dueño del circo, el mandón de la fiesta. El PRI se da el lujo de llevar en Jalapa, el distrito urbano, a un candidato villano: Reynaldo Gaudencio Escobar Pérez.
 
El ex procurador de Justicia de Veracruz carga sobre sus hombros el escándalo que precedió al hallazgo de 35 cuerpos en Boca del Río, cuya ejecución no se sabe si es atribuible al cártel Nueva Generación, brazo del Joaquín El Chapo Guzmán, o a una célula paramilitar en forma de grupo de exterminio.
 
Reynaldo Escobar tuvo la imprudencia de afirmar que los 35 ejecutados eran integrantes del crimen organizado y luego se le vino encima el mundo cuando se aclaró que entre los muertos habían inocentes a quienes los malosos habían levantado y ultimado.
 
Escobar Pérez también agravió a la sociedad jalapeña cuando lanzó lodo sobre la jovencita Gabriela Benítez, desaparecida y después hallada con huellas de tortura, mancillada y asesinada. Desestimó el plagio y atribuyó el caso a un conflicto entre madre e hija, razón por la que Gaby huyó de su casa. La realidad fue distinta.
 
Reynaldo, como siempre, había mentido. Otros candidatos del PRI son tan impopulares como desconocidos. Fernando Charleston Hernández, candidato por Coatepec, es un advenedizo al que los priístas repudian.
 
Alejandro Montano Guzmán, abanderado priísta por Jalapa rural, tiene la mala fama de haber sido secretario de Seguridad Pública del gobierno de Veracruz en tiempos de Miguel Alemán, su protector, justo cuando el crimen organizado comenzó a asentarse en territorio veracruzano y el tráfico de inmigrantes centroamericanos se convirtió en un jugoso negocio.
 
En Cosoleacaque, el candidato no sólo no es priísta sino que desde el PAN le pegó una paliza al PRI en la elección municipal, en el año 2010. Se trata de Ponciano Vázquez Parissi, cuyo hermano Cirilo venció a la familia Merlín para convertirse en alcalde. Ahora el PRI lo incorpora a sus filas. El PAN no tiene con qué enfrentarlo; el PRD es el partido que pudiera inquietarlo, dado el arrastre de su candidato, el ex alcalde de Tatahuicapan, Esteban Bautista Hernández.
 
En el distrito XIV, con sede en Minatitlán, la competencia es absolutamente nula. El cacicazgo petrolero, dueño de cientos de millones, unos legales y otros ilegales, con la chequera en la mano compraría la voluntad de los candidatos de la alianza izquierdista y del PAN.
 
No es el sindicato petrolero una organización monolítica y aún así vuelve a imponer su candidato, Noé Hernández González. Pese a ello la oposición se empeña en postular candidatos sin peso político, sin arrastre, sin nombre y sin fama. El PRD propone a Amado Guzmán Alemán y el PAN a Zayra Natalye González Cruz. En el distrito 11 de Coatzacoalcos, si acaso la candidata de la alianza de las izquierdas, Norma Rocío Nahle García, le sigue los pasos al candidato priista, Joaquín Caballero Rosiñol. De Jesús Serrano Carrillo, el candidato del PAN, nada se sabe. Coatzacoalcos ha sido un distrito de negros recuerdos para el PRI.
 
Desde 1988, a excepción de los comicios de 1991 y 2003, el priísmo ha perdido todas las elecciones federales. Coatzacoalcos se convirtió en un bastión del PRD y en la última elección, en 2009, el triunfo fue del PAN.
 
La lógica indica que la perredista Rocío Nahle debiera llevar delantera. Sin embargo, no es así. Su candidatura no es avalada por las corrientes del PRD; algunas tribus se deslindaron públicamente de su campaña, y existe el temor en la cúpula de que el efecto López Obrador sea insuficiente para ganar la elección. Ese escenario se repite en todo Veracruz.
 
La oposición no terminar de cuajar; no asume que la contienda ya comenzó, se enfrasca en política de renegados, política de traiciones y fuego amigo, mientras el PRI despliega propaganda, proyecta a sus candidatos y toma la punta de la elección.

¿Te ha parecido interesante la columna?

Comentarios

Comparte
La vista se no puede mostrar porque supera el umbral de vista de lista (5000 elementos) aplicado por el administrador.

Para ver los elementos, intente seleccionar otra vista o crear una nueva. Si no cuenta con permisos suficientes para crear vistas para esta lista, solicite al administrador que modifique la vista de modo que cumpla con el umbral de vista de lista.

Más información sobre la creación de vistas para listas grandes.