A punto de retirarse, se detuvo y preguntó con tosquedad: ¿En qué periódico trabajas?-En el diario PRESENCIA, le referí por segunda ocasión. Momentos antes, Víctor Mazariego, nos había presentado y le comentó que yo era director de PRESENCIA. Su rostro enrojeció. -En ese periódico escribe Mussio Cárdenas.-Así es, le confirmé.-¡Ese es un hijo de la chingada, junto con su padre! Durante más de 20 años nos han estado  chingando a mi y a Tony Macias. ¡Nos tienen hasta la madre! ¡Su papá ya se murió y qué bueno! ¡A él también se lo va a llevar la chingada¡Sentí como una bofetada en pleno rostro.

 

Era Luis Daccarett Habib el que hablaba. Me quedé callado. Ante la virulencia de mi interlocutor, preferí el silencio. Con una persona que visiblemente está mal de su estado emocional es imposible discutir.No esperaba que me presentaran a Daccarett, ni siquiera encontrármelo allí, en el Italian Coffe del malecón en Coatzacoalcos. Eran las 14:15 horas del miércoles 16 de mayo, minutos antes había recibido una llamada de Mazariego, en la que me pidió hablar conmigo sobre la edición de una revista publicitaria.

 

Un amigo me acompañó a la reunión, discreto observaba. Daccarett,  casi gritó al dirigirse a Mazariego para ordenarle: ¡Ningún apoyo para este periódico! Ahí escribe ese hijo de la chingada!. Me sorprendí. Mazariego encogió los hombros, con gesto de no entender. Encolerizado, Daccaret reiteró la amenaza: -A Mussio ¡Yo le voy a romper la madre! Salió manoteando y ordenando: ¡ningún apoyo, ningún apoyo!.

 

Mazariego, movía la cabeza de un lado a otro, repitiendo: ¡Está mal! ¡Está mal! Me senté con Mazariego, le dije que Daccarett había dicho algo muy delicado.

 

“Amenazó de muerte a Mussio, dijo que le iba a romper la madre, y eso aquí y en China, se interpreta como una amenaza contra la integridad de las personas”. A Luis Daccarett no lo conocía, sabía de él por que efectivamente ha sido y es tema de los trabajos periodísticos de Don Mussio y de Mussio, por sus negocios turbios al amparo del poder y la influencia.

 

Casi siempre, al lado de Tony Macias, suegro del hoy gobernador del estado, Javier Duarte de Ochoa. Inolvidable en las páginas de Contacto de Coatzacoalcos, en 1993, el reportaje que dio cuenta del pasaje en el que ambos personajes Luis Daccaret Habib y Tony Macías fueron a dar a cárcel por un fraude en contra de Bancomer.

 

La revista que dirigía Don Mussio publicó completa la información, lo que la mayoría de los medios de aquellos años calló o manipuló para presentarlos como víctimas.

 

Si no mal recuerdo, la portada de Contacto eran las fotografías de los distinguidos miembros de jet set porteño tras las rejas.Mazariego no sabía ni que decir. -No le hagas caso, musitaba, cuando sonó el timbre de su Blackberry. -Era él –Luis Dacarett Habib-, me pidió que te dijera. Te digo: “Que deje de escribir Mussio en tu periódico y que tienes el apoyo que quieras”.-No les he pedido ningún apoyo, ni siquiera sabía que lo encontraría contigo, le contesté.-¿Qué le digo, si me pregunta?-Que sonreí, Que no te dije nada, porque no le pedí nada.

 

No es mi costumbre escribir en primera persona, sin embargo el tema lo amerita y debo decir que mientras yo sea director de PRESENCIA, Mussio tiene las páginas del periódico abiertas para su columna.

 

Además del aprecio personal, los lectores de PRESENCIA demandan la publicación de sus artículos. Cuando deja de escribir por equis razones, es común que llamen y pregunten por la columna de Mussio. Don Mussio y Mussio fueron mis maestros en el periodismo, de ellos aprendí el rigor de la información, el compromiso con el lector y la ética para escribir.

 

“Nunca redactes con la cabeza caliente, métela al congelador hasta que enfríe y entonces escribe”, me dijo Don Mussio, alguna vez. Si a mi me preguntan, Mussio padre y Mussio hijo, son los periodistas más honorables que conozco.  De Daccaret por sus expresiones, ahora sé que es un alma que destila odio. Y que por las publicaciones que ha realizado Mussio en temas que lo involucran a él y a Tony Macías, el polémico suegro del gobernador Javier Duarte de Ochoa, asegura: “yo le voy a dar en la madre”.

 

Paradójico, circunstancial, ese mismo día, el miércoles 16, la vocera oficial del Gobierno del Estado, Gina Domínguez Colio, sostuvo una reunión con los integrantes de la Asociación de Periodistas de Coatzacoalcos, para hablar sobre los recientes crímenes contra periodistas en territorio veracruzano.

 

La reunión sin cuestionamientos, sin preguntas incómodas, sin nada que informar de la vocera sobre la muerte de la compañera Regina Martínez, corresponsal de Proceso, y muchos periodistas más,  relatan en las crónicas publicadas en los diarios locales: “fue mucho más amena de lo que muchos se esperaban”. Esa misma noche del miércoles en Coatzacoalcos, el periodista guatemalteco José Santos Pérez estuvo a punto de ser levantado por sujetos armados, apoyados por un taxi local, cuando realizaba un trabajo de investigación sobre la ruta del tráfico de ilegales.

 

Santos Pérez fue ayudado por un grupo de indocumentados que se armó de valor, impidió el levantón y persiguieron a los delincuentes.Pese a lo anterior, los titulares de ocho columnas de las portadas de los diarios porteños del jueves 17 de mayo, daban cuenta del mundo irreal en que se empeñan en vivir el duartismo en Veracruz, con la ayuda propagandística de la una prensa débil y servil. Casi todos coincidieron: “Periodistas no están en riesgo en Veracruz”: Gina.