Si Fidel Herrera Beltrán está ligado a los cárteles del narcotráfico, y efectivamente, como denuncia públicamente el ex candidato del PAN a gobernador de Veracruz, Miguel Angel Yunes Linares, en su cargo de Gobernador alentó y protegió las actividades del grupo delictivo Los Zetas, ninguna sorpresa es que egregios integrantes del PAN estén también involucrados en esas redes nefastas.
 
Al gobierno fidelista lo distinguió la compra de conciencias y voluntades. Sin pudor alguno, sarcástico, Herrera Beltrán solía decir que lo que en política tenía precio, lo que costara, salía barato.
 
De su mano caminaron líderes panistas que increpaban a Fidel Herrera en campaña y que una vez en el gobierno lo endiosaban, le firmaban sus iniciativas, le aprobaban presupuestos y le maquillaban las cuentas públicas, cubriendo, por supuesto, el gran peculado.
 
Uno de ellos, Víctor Alejandro Vázquez Cuevas, aquel que hizo públicar un manifiesto en que ridiculizó a Fidel Herrera, enfatizando que la F de su nombre era equiparable a fraude, falso, feo y así hasta forzar la negociación que le permitió colocar a sus allegados en la nómina del gobierno estatal, algunos de ellos en cargos de relevancia.
 
Eran los tiempos en que los panistas le jalaban la pata a la vaca. Se convirtieron en proveedores, prestadores de servicios y contratistas, el mayor de ellos Gerardo Buganza Salmerón, ex candidato a la gubernatura, quien se decía víctima del fraude fidelista y que terminó desligado del PAN, sumado al proyecto de Fidel y actualmente es secretario de gobierno de Javier Duarte de Ochoa.
 
Fidel Herrera solía cooptar a sus enemigos y convidarles de las mieles del poder. Diputados panistas se prestaron a fraudes en el Congreso y le avalaron el derroche, el dispendio y el endeudamiento que hoy tiene al estado de Veracruz en la parálisis total.
 
Personajes de negro historial, como el entonces diputado local por el distrito de Las Choapas, Renato Tronco Gómez, pasaron del PAN al PRI gracias al embrujo de Fidel Herrera Beltrán, cubriéndole su turbio paso por la alcaldía y, algo peor, el crimen del ex regidor Alfredo Pérez Juárez, del cual la Procuraduría de Veracruz encausó a Tronco como autor intelectual, otorgándole impunidad hasta el día de hoy.
 
Los panistas convertidos a la fidelidad son hoy la muestra de esa operación desprovista de escrúpulos que distinguió al ex gobernador priísta.
 
De llegarse a comprobarse la participación activa de Fidel Herrera en actividades delincuenciales, varios crímenes cometidos en el sur de Veracruz se esclarecerían, sobre todos los relacionados con el cacique abatido, Cirilo Vásquez Lagunes.
 
De la misma manera, se confirmaría que el ex gobernador tenía bajo su control y órdenes, por igual a candidatos priistas, como panistas y hasta perredistas. Con esas ligas y tintes.
 
En efecto, Cirilo Vázquez era una piedra en el zapato. Durante el gobierno alemanista, fue encarcelado con la pretensión de retirarse de la política. No hizo caso. Por el contrario, en 2003 operó desde el penal de Pacho Viejo, en las cercanías de Xalapa, para que su hija Regina fuera candidata a la diputación federal por Acayucan, y a su medio hermano, José Jesús Vázquez González, legislador por Cosoleacaque. Ambos contendieron bajo el amparo del PAN.
 
Tres años después, en 2006, Cirilo Vázquez amagó con ser candidato a senador por el PRD. Jugó con esa apuesta, pero finalmente cedió y se entregó a los designios del ex gobernador Fidel Herrera Beltrán.
 
A finales de ese año, Cirilo Vázquez fue acribillado por un comando armado. Meses después, sus hijas, Regina y Fabiola, se acercaron a Fidel Herrera y terminaron apoderándose de la presidencia municipal de Acayucan, alternándose en la alcaldía, y postuladas a la diputación federal y local reiteradamente, obteniendo triunfos fraudulentos.
 
Hoy, Fidel Herrera está metido en la bronca de su vida. La implicación del empresario Francisco Colorado Cessa con el cártel de Los Zetas, ha traído a primer plano su relación de amistad.
 
Francisco Colorado era el personaje que le proporcionaba caballos finos a Fidel. En ellos realizaba cabalgatas políticas. Una de ellas fue captada en una fotografía, misma que el periódico Reforma publicó en la reseña a ocho columnas del golpe que asestó el FBI a Los Zetas al desmantelar la red de lavado de dinero a través de la compra de caballos.
 
No es la primera vez que a Pancho Colorado se le relaciona con el crimen organizado. Siempre lo negó. Sin embargo, hace un par de meses, en el norte de Veracruz fue hallada una célula zeta, detenida tras enfrentarse a fuerzas militares. Se habían resguardado en el rancho de Francisco Colorado, el amigo de Fidel.
 
Y no es, tampoco, la primera vez que Fidel Herrera se le implica con el narco. En su gobierno creció la presencia de los zetas en Veracruz y la policías fueron inflitradas por el crimen organizado.
 
Hoy, son contados los que meten las manos al fuego por Fidel Herrera. Los panistas, a quienes enriqueció, no.
 
Patética resulta, por consiguiente, la postura de priistas como Eduardo Andrade, que apresurado en evidente defensa del ex gobernador, que lo dejó como encargado del Congreso veracruzano, casi, casi, nos dice, interpretamos, que "los panistas son más narcos que nosotros".
 
Así parece ser.