La vista se no puede mostrar porque supera el umbral de vista de lista (5000 elementos) aplicado por el administrador.

Para ver los elementos, intente seleccionar otra vista o crear una nueva. Si no cuenta con permisos suficientes para crear vistas para esta lista, solicite al administrador que modifique la vista de modo que cumpla con el umbral de vista de lista.

Más información sobre la creación de vistas para listas grandes.

Pablo Jair Ortega

Columna Sin Nombre

Ayuntamiento de Xalapa contra artistas urbanos

09/11/2009 08:13 a.m.
Como muchos que llegamos a residir a la hermosa capital del estado de Veracruz --o como visitantes primerizos-- lo primero que notamos en Xalapa es la presencia cultural en todos sus rincones, pero sobre todo de su centro histórico.
 
Allí podemos encontrar parte de los museos, las galerías, el Ágora, la pinacoteca, las bibliotecas o incluso las fondas o cafés que tienen su toque folklórico por ubicarse en sitios legendarios como el Callejón del Diamante o por ocupar una casona colonial cuya arquitectura deleita a la vista, mientras uno le mete duro al paladar y al estómago.
 
Xalapa es y siempre será una capital cultural e intelectual. Su vida, paralela a ser el centro del poder político del estado, tiene mucho que ver con su población flotante de estudiantes provenientes de diversas partes del país o del mundo (en la Universidad Veracruzana se asienta una fuerte presencia alumnos extranjeros), y es precisamente la sociedad estudiantil la que diariamente le inyecta ese ambiente cultural a la ciudad, así como a sus centros recreativos y culturales.
 
Por las calles de Xalapa se pueden ver a los alumnos de la facultad de Teatro realizando performances de diversas temáticas, como recientemente ocurrió con la celebración del Día de los Muertos, donde se veían a las tradicionales “Catrinas” caminando sigilosamente por las calles del centro histórico. Eso es Xalapa.
 
Y parte también de la cultura xalapeña con calidad de exportación, son los artistas urbanos que en las esquinas o parques del centro se ven realizando lo que mejor sabe hacer Xalapa: manifestaciones artísticas que distinguen a la ciudad al resto de muchas que hay en el país.
 
Aquí, si nos remitimos a hacer remembranza, hay un pionero del graffiti en las manos del famoso “Betogato”, Alberto Morales, reconocido fotógrafo y caricaturista, quien anduvo en sus años de juventud pintando a sus famosos gatos en lugares específicos y con mensajes particulares, que a diferencia de los rayones sin gracia que hoy vemos en cualquier barda, daban ese toque pintoresco que merece una capital tan llena de rebeldes.
 
Aquí en las calle Enríquez fui testigo de cómo el saxofonista que se coloca frente al Pasaje Tanos entonaba una melodía solemne, con tono triste, y era por el luto internacional que vivíamos los admiradores de El Padrino, cuyo actor Marlon Brando había fallecido en ese julio de 2004. Sobra explicar cuál era la melodía que salía de ese saxofón.
 
De igual manera vemos cientos de músicos que forman parte del paisaje urbano del centro histórico xalapeño: hippies dándole duro a los tambores con todo y bailarina exótica, marimberos, guitarristas, y toda una larga cartelera que cambia diario.
 
O igual hasta los tiempos de elecciones son pretexto para grupos de teatro que realizan lo que entiendo se le denomina “happening”: actuaciones que de manera imprevista se realizan al aire libre y sorprenden a los transeúntes, como fuimos testigos en las elecciones federales pasadas y que grupos de artistas realizaban para promover el voto entre la ciudadanía.
 
Dentro de este paisaje, también vemos a los estatuas vivientes, quienes llegan a un punto, se instalan y quedan inmóviles hasta que una persona llega y les ofrece una moneda: es cómo entonces si uno les diera cuerda porque inmediatamente toman vida, bailan, hacen movimientos estrambóticos o sencillamente toman una cajita para abrirla frente al donador y ofrecerle un caramelo como muestra de gratitud. Pasado unos segundos toman nuevamente forma de estatua y permanecen inmóviles.
 
En realidad es un sentimiento muy conmovedor cuando uno ve a los pequeños de 5 o menos años acercarse curiosos a estos artistas mientras permanecen quietos, y ahí se ve la escena del padre o madre de familia buscando unas monedas en el bolsillo para que sus hijos le regalen una al artista urbano. Algunos de estos “enanos“ salen corriendo espantados, otros permanecen atentos, y casi todos sonríen.
 
En fin, reitero: eso es Xalapa.
No obstante, el fotógrafo José Darío Pale fue testigo de algo que en verdad preocupa precisamente porque así como Xalapa está perdiendo año con año su niebla y clima fresco, ahora también resulta que los artistas urbanos son tratados como vendedores ambulantes por parte del ayuntamiento.
 
Resulta que este sábado una persona que se instala en el Parque Juárez como una estatua viviente fue acosada por quien se identificó como inspector de Comercio, de nombre Severino Martínez Hernández y otra persona más, quienes trataron de desalojarla argumentando que no tiene permiso de colocarse ahí, no obstante que estos artistas no venden ningún tipo de producto.
 
Ahí nos enteramos también que a estos artistas quienes difícilmente vivirían con las aportaciones que les da su público (ya que no están diario en el mismo lugar o tienen horarios muy cortos de presentación), el ayuntamiento xalapeño les cobra entre 50 y 200 pesos para dejarlos “trabajar”.
 
En lo ocurrido este sábado, momentos después de que el inspector de Comercio se presentara para arremeter con el artista disfrazado de espantapájaros, se presentó un tal Teódulo Hernández, quien dijo ser “jefe de sector”, y al ser cuestionado por los presentes sobre el porqué del desalojo del artista urbano, echó para atrás las indicaciones de retiro del artista, pero a la vez dijo que no tenía la obligación de dar explicaciones (qué raro, porque es servidor público).
 
Para rematar, expresó que cualquier duda se preguntara en la Dirección de Comercio.
 
Cuestionando posteriormente al artista urbano, comentó que las autoridades, a partir de ese momento, sólo le dieron permiso por media hora.
 
Con todo lo anterior, y me disculpo si la introducción fue demasiado chorera para llegar a la real problemática, es en verdad muy triste que esta situación se viva en la capital cultural, intelectual y académica de Veracruz, y una de la ciudades más importantes en el país por estas mismas características.
 
Es muy lamentable (por no decir que no tiene madre) que el ayuntamiento xalapeño solape este tipo acciones de sus empleados cuya visión obtusa de extorsionar a todo lo que se mueve o “comercia” en el Parque Juárez, afecta más al prestigio de la ciudad en lugar de abonar a un buen gobierno municipal, que ya de por sí está muy cuestionado por los xalapeños.
 
No se vale que se arremeta contra los artistas. Por mero sentido común, estos ignorantes “inspectores” deberían de tener en cuenta que la trascendencia de un evento artístico callejero es un sello de Xalapa, pero que además en su mayoría se trata de estudiantes o de actores de teatro que tienen esta forma como parte de sus expresiones artísticas, y no porque dependan totalmente de sus “ingresos urbanos” para subsistir.
 
Ya de por sí existe una protesta constante de los payasos que actúan en el Parque Juárez y que sí los tienen registrados como organización popular, con gafete, cuotas, permisos y toda la “whole” cuchufleta, pero que ahora las medidas gubernamentales se han endurecido quitándole los espacios a quienes viven de la risa de la gente.
 
Mal, muy mal, porque los otros payasos, según constamos, son los que están en el ayuntamiento. Esos sí hacen show y dan risa, dentro de todas las tragedias que se puedan enumerar en el gobierno municipal.
 
A este paso no dudamos que lleguemos a lo que sucede en Cosoleacaque, donde una mafia de fotógrafos cobra o acosa a quienes lleguen al parque para tomar fotos hasta del palacio municipal. Con esta lógica, y al ritmo que van, no duden que le cobren a los pintores por plasmar un callejón típico de Xalapa, o cobrarle derecho de piso a Sebastián o a cualquier escultor que presente sus obras en el Parque Juárez.
 
Sólo bastaría recordar que la constitución nos garantiza la libertad de ganarnos la vida de un modo honesto, pero que además la expresión de ideas (como las manifestaciones artísticas) deben ser garantizadas por el estado, y no por una bola de ígnaros que se creen autoridad por portar una burda charola de cartulina enmicada.
 
Mal, muy mal, y qué pena por el ayuntamiento de Xalapa.

¿Te ha parecido interesante la columna?

Comentarios

Comparte
La vista se no puede mostrar porque supera el umbral de vista de lista (5000 elementos) aplicado por el administrador.

Para ver los elementos, intente seleccionar otra vista o crear una nueva. Si no cuenta con permisos suficientes para crear vistas para esta lista, solicite al administrador que modifique la vista de modo que cumpla con el umbral de vista de lista.

Más información sobre la creación de vistas para listas grandes.