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Roberto Morales Ayala

Zona Franca

Las ratas del barco lopezobradorista

30/07/2012 10:01 a.m.

Si los candidatos a las diputaciones federales de la llamada alianza de lasizquierdas, en el sur veracruzano, tuvieron en sus manos la posibilidad deganar las pasadas elecciones, fue gracias a la avalancha de votos que obtuvo asu favor el popular Peje, Andrés Manuel López Obrador; sin embargo, sumediocridad los perdió.

Paradójicamente,es en el sur de Veracruz donde prácticamente la defensa a la causalopezobradorista no existe.

Aquí, el caudillo de la izquierda logró alrededor de 200 mil votos en los distritosde Coatzacoalcos, Minatitlán y Cosoleacaque, que se han significado como losbastiones del Partido de la Revolución Democrática en suelo veracruzano y unbuena reserva electoral de López Obrador en el contexto nacional.

Apabulló al candidato del PRI, Enrique Peña Nieto, y qué decir de la panista JosefinaVázquez Mota, de quien no dejó ni el recuerdo de su aspiración presidencial.

Pesea ello, pese a ese fervor con que los votantes acudieron a las urnas arespaldar la propuesta de la izquierda, el PRD pudo haber tenido un mejordesempeño. Ganó sí, pero dejó ir una considerable cuota de sufragios, ya fueraporque no se promovió el voto a fondo, o porque la estructura electoral, quedebía vigilar casillas, no existió, o mejor dicho, existió sólo en el papel;fue una estructura fantasma.

Tomemos ejemplos. En Coatzacoalcos, López Obrador alcanzó casi 90 mil votos, pero pudosuperar los 100 mil. La promoción de su imagen y de su oferta política fuedeficiente, en gran parte porque el PRD caminó sin rumbo y las tribusperredistas carecieron de cohesión y de compromiso. La militancia del PRDdescansó el peso de su campaña en el efecto López Obrador y, en una lógica insensata,no trabajaron sino que se confiaron al empuje que desde hace varias eleccionesha tenido la oposición en ese distrito.

La estructura electoral, por su parte, fue inexistente. De acuerdo con datosobtenidos en el PRD, la vigilancia en las casillas se realizó parcialmente ylas rutas que debían cubrir los representantes generales, quedaron acéfalas,dando la oportunidad al PRI de implementar el fraude con sus habitualesprácticas de cooptación y compra de votos.

En Minatitlán ocurrió algo similar. La votación para López Obrador puso ser mejor.Con alrededor de 70 mil sufragios, el candidato de la coalición MovimientoProgresista pudo tener un despunte mayor, máxime que la población votante,principalmente petroleros y campesinos, conforman los sectores duros delpúblico perredista o, para decirlo más claro, lopezobradorista.

Cosoleacaquees, con toda seguridad, el distrito que le aportó a López Obrador un voto real,acorde con las expectativas, reflejo de la promoción realizada por lascorrientes que circundan a su líder regional, Esteban Bautista Hernández, quienfuera su candidato a la diputación federal y ex alcalde de Tatahuicapan, quiensin embargo, tuvo un revés en la elección.

Vale preguntar, entonces, ¿dónde y cómo perdió López Obrador el 1 de julio y dóndese está quedando durante el conflicto poselectoral?

En Coatzacoalcos y Minatitlán, tanto la promoción del voto como la conformación delas estructuras electorales fueron un fracaso por errores de organización yoperación, atribuibles a los candidatos de la izquierda, Norma Rocío NahleGarcía y Amado Guzmán Alemán, respectivamente. Eso en lo particular. Pero en logeneral, existe otro responsable: Andrés Manuel López Obrador. Él otorgó el palomazofinal a esas candidaturas.

Una y otro, en sus distintos ámbitos, en Coatzacoalcos y Minatitlán, realizaroncampañas deshilvanadas, desconectadas de los grupos perredistas, que sonquienes pueden realizar las famosas campañas a ras de tierra, que es donde seobtiene el respaldo del electorado.

Rocío Nahle es una perredista alejada de las bases del PRD, ni qué decir de surelación con el PT y con Movimiento Ciudadano. Por su condición de petrolera demediano nivel, adinerada, ligada a la ex diputada perredista Roselia Barajas,que quiso ser candidata a la senaduría, sin lograrlo, y sobre todo por su afánprotagónico, excluyente con quienes se le acercan, terminó realizando unacampaña gris, deslucida y los votos que obtuvo fueron generados por el arrastrede López Obrador, el llamado efecto Peje.

El caso de Minatitlán es peor. Si bien Rocío Nahle en Coatzacoalcos logró 71 milvotos, Amado Guzmán apenas si se rebasó a los 60 mil, en un distrito de altainclinación hacia López Obrador.

Amado Guzmán fue un desastre en campaña. Arrancó tarde, supuestamente porque nodisponía de los recursos que el PRD le pondría en las manos; se ausentó cuantasveces quiso, provocando el desconcierto de los militantes de la izquierda; enel círculo perredista se afirma que el dinero para campaña no lo aplicó, y cargacon la sospecha de que su apatía obedeció a un entendimiento con la Sección 10del sindicato petrolero, que impulso al candidato del PRI, Noé Hernández, acambio de beneficios personales para el abanderado de la izquierda.

Por el lado que se quiera ver, López Obrador perdió votos, o dejó de tenerlos, porlos candidatos que decidió imponer en Coatzacoalcos y Minatitlán. Fue suempecinamiento a favor de Rocío Nahle y Amado Guzmán lo que a la postresignificó que no obtuviera más votos, y que hoy tampoco tenga una defensa de sucausa acorde con el conflicto poselectoral que El Peje encabeza.

Este fin de semana, en la ciudad de México, durante el VIII Consejo Nacional delPRD, no sólo se reconoció el resultado de la elección presidencial como “saldosnegativos”, sino que se ventiló públicamente la falta de cohesión entre lospartidos con conformaron la coalición Movimiento Progresista.

Ahí se precisó que las estructuras electorales fallaron, que sólo se cubrió el 85por ciento de las casillas y que aún hoy es difícil recuperar las actas deescrutinio, que permitirían fortalecer las impugnaciones y la demanda denulidad de la elección.

En su balance, el PRD destaca que a excepción de la elección presidencial, dondeLópez Obrador no logró imponerse y ahora se lucha por lograr la nulidad de laelección, en términos generales el PRD creció y tendrá mayores espacios en elCongreso, es decir, en la Cámara de Diputados y en el Senado.

Lo más relevante es que en su VIII Consejo las tribus que integran el PRD ya danpor hecho que el PRI, a través de Enrique Peña Nieto, gobernarán a México en elpróximo sexenio, mientras López Obrador persiste en su idea de que se declarela invalidez de la elección y se designe un presidente provisional que convoquea nuevas elecciones, algo totalmente impensable.

Otro sería el panorama para López Obrador, si hubiera conformado sus estructuraselectorales y las hubiera hecho efectivas. Los casos de Rocío Nahle y AmadoGuzmán, responsables de ellas, impuestos en sus candidaturas por él, dan cuentadel gran costo que, a la postre, han tenido y tienen los errores del Peje.

Por eso, elPRD está a la deriva.


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