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Roberto Morales Ayala

Zona Franca

Terrorismo político

03/08/2012 06:20 a.m.

La empresa Soriana pasó, de ser vinculada al fraudepriísta, vía monederos electrónicos entregados a miles de clientes a cambio delvoto para el candidato presidencial Enrique Peña Nieto, a punta de lanza de unaembestida mediática que responsabiliza a la dirigencia del PRD de las protestasy agresiones a sus tiendas y empleados por supuestos activistas del MovimientoProgresista.

Se trata de un caso complejo; enredado, pudiera decirse.Soriana aparece como verdugo y víctima, usada por el PRI para moverle votos ydespués como instrumento para arremeter contra el candidato del PRD, AndrésManuel López Obrador, y los dirigentes de ese partido, con razón aunque pudieraser sin ella.

Ciertamente, es condenable el que cualquier empresa,institución o persona sea objeto de violencia.

Es importante que se distinga entre la violencia y lasprotestas.

A diario, Soriana es asediada, primero por priístas quese sienten víctimas de un engaño al intentar usar los monederos electrónicos acambio del voto que le concedieron a Peña nieto. Después, objeto demanifestaciones dentro y fuera de sus instalaciones por parte de simpatizantesde la izquierda o ciudadanos que repudian el fraude.

Diferente a las protestas, pero en el mismo escenario,son los enconos radicalizados o los actos violentos provocados por unos paraculpar a otros. Todo ello es condenable. Sin embargo, nada justifica a losdueños de Soriana a actuar con el mismo dolo del que se dicen víctimas, alasegurar, sin investigación de por medio, sin una prueba categórica, sin losases de la baraja en la mano, que los porros o agitadores que cometieron actosvandálicos contra sus tiendas son enviados por los dirigentes del PRD o por elmismo López Obrador.

Es práctica común, y abundan los ejemplos que lodemuestran, la estrategia de infiltrar a porros en los movimientos sociales conel perverso objetivo de desvirtuar las protestas.

Antes que acusar, Soriana debe exigir una investigación afondo y, como elemento fundamental, aportar pruebas que sustenten una denunciay lleven a juicio a quienes han cometido actos vandálicos, pero no debe meteren el mismo carrito a quienes se manifiestan por la indiscriminada compra devotos.

Soriana ha esgrimido que desde el arranque del conflictoposelectoral, sus instalaciones han sufrido 180 manifestaciones al interior desus tiendas. En un desplegado público, señaló la mecánica de la protesta:llegan; se presentan como integrantes del Movimiento Progresista, que fue elque apoyó a López Obrador; cierran el establecimiento sin dejar entrar ni salira nadie; roban carritos con productos, e incurren en desmanes.

Con esa “evidencia”, Soriana hace responsable de lo queocurre al candidato López Obrador, al líder nacional del PRD, Jesús Zambrano, yal coordinador de la campaña de la izquierda en el proceso federal, RicardoMonreal.

Soriana presentó denuncias y persistió en su afán deresponsabilizar a los dirigentes de la izquierda, negando que hayan sido partedel fraude e inmolándose por las reacciones de los manifestantes. Aunque sudenuncia fue “contra quien resulte responsable”, los disparos fueron contraAMLO y compañía.

Mano suave, mano dura, Soriana criticaba y denunciaba yal mismo tiempo pedía a López Obrador conminar a sus seguidores a conducirsecon “legalidad”.

El desplegado de Soriana se difundió cuando una de sussucursales, en el municipio de Guadalupe, Nuevo León, fue atacado con bombasmolotov, muy temprano, antes de abrir sus puertas al público, gracias a lo cualno hubo víctimas qué lamentar.

Habría que tomar en cuenta que si en Nuevo León –cuna delconsorcio empresarial de las tiendas Soriana-, AMLO tiene pocos seguidores,menos los tiene, precisamente, en el municipio de Guadalupe.

López Obrador simplemente les ha respondido que no es élquien ha ordenado tales acciones, ni las protestas ni los ataques incendiarios.Les pidió serenarse. Zambrano, en cambio, anunció que los demandará pordifamación y daño moral.

Pero el asunto está aún más sucio, quizá Soriana sea eldistractor que ponga en evidencia, una vez más, a una izquierda violenta yterrorista. Sobre todo, en estos momentos en que se critica que el PRI hayanegado reiteradamente, por voz del coordinador de la campaña de Peña Nieto,Luis Videgaray, que la campaña priísta hubiera contratado los servicios delGrupo Financiero Monex.

Casi un mes después, doblegado por las evidencias, el PRIadmitió que sí usó tarjetas Monex para pago de salarios de su personal. Laoperación se realizaba a través de la empresa Alkino y esta, supuestamente sinsaberlo el PRI, algo totalmente inverosímil, se entendía con Monex.

La aceptación del PRI de la injerencia de Monex en susoperaciones de pago a su personal, provocaron que la tormenta arreciara.

Pero hay algo más. El uso de tarjetas o monederoselectrónicos por parte de partidos políticos es una una figura válida, avaladapor el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, el TRIFE.

Esa “propaganda válida” ha sido objeto de sentencias delTRIFE en juicios de impugnación e invariablemente han sido rechazadas comoinstrumento de fraude.

Más aún, las usó Eruviel Avila en su campaña por elgobierno del Estado de México; la llamó “La efectiva”. En Tabasco el PRI lallamó “La Choca”.

Pero también los perredistas tuvieron la suya. AlejandroEncinas, en el Estado de México, y Angel Aguirre Rivero, en Guerrero, usaron“La cumplidora”. El priísta Fausto Vallejo, usó “La efe”. El PAN y el PANAL laimpugnaron como instrumento de fraude, pero sin éxito.

Son empleadas para otorgar descuentos, llamadas telefónicasgratuitas y acceso a programas sociales, siempre y cuando el candidato gane.

El asunto es complejo. En sí no es la tarjeta razón delfraude sino la cantidad de millones que usó el PRI, a través de Soriana, paracomprar votos, o Monex para pagarle a sus estructuras electorales, y que sumancientos de millones de pesos, lo que provocó una elección desigual, violandotopes financieros y torciendo la democracia.

En todo ello, a ladesesperada, el PRI lanza su campaña mediática usando la denuncia y los desplegadosde Soriana como punta de lanza de la sigilosa embestida de empresas que hansido objeto de exhibición pública por su inmoral actuación a favor de uno delos candidatos, como lo hace Televisa y las empresas pseudoperiodísticas delmagnate Mario Vázquez Raña, entre ellas, por estos lares, el Diario de Xalapa.([email protected])(@moralesrobert)


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