Por fin en la boticaria
vemos que hay actividad,
y hasta cierta agilidad
de gente y de maquinaria.
Esta obra tan necesaria
de respetable tamaño,
ha resultado un engaño
como en otras tantas veces;
se prometió en ocho meses
y ya casi tiene un año.

Especial distribuidor
tanto tiempo detenido,
que solamente ha venido
a hacer el caos mayor.
Pánico del conductor
que en su diaria actividad,
espera con ansiedad
la obra ya se realice,
para que se garantice
una buena vialidad.

El mismo caso se tiene
en obra tan necesaria,
que en inversión millonaria
se espera pronto se estrene.
Pedimos ya que se frene
el burocratismo frío,
porque nos parece impío
que por demora oficial,
no funcione el hospital
que se hizo en Boca del Río.

Pero hay obras terminadas
justo de reconocer,
que gestionó una mujer
ante incrédulas miradas.
Arterias pavimentadas
que dan gusto a la retina,
aunque si, nos causan muina
semáforos agresores,
que obligan a conductores
detenerse en cada esquina.