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Roberto Morales Ayala

Zona Franca

Vergüenza estatal, dengue y corrupción

25/10/2013 11:04 a.m.

Veracruz es tierra de impunidad. Si la negligencia se castigara, miles salvarían sus vidas. Si la negligencia se llevara a los tribunales, no habrían víctimas fatales, ni el sistema de salud sería deplorable, ni habría dolor y llanto en muchos hogares. Pero en el gobierno de Javier Duarte la complicidad se premia y el cinismo se exalta y con ello se condena a la sociedad a las desgracias.

Esa negligencia es criminal. Es la inacción de los funcionarios, combinada con lo inservible de las instituciones y aderezada con el estado fallido, lo que da como resultado veracruzanos con baja calidad de vida, extremadamente vulnerables y un sistema de salud que no responde a los niveles que se le exige a quienes gobiernan.

Es criminal cuando se sabe que por falta de aplicación Veracruz ostenta ya el nada agradable primer lugar en la estadística nacional por casos de dengue; que superamos a Tabasco, y que Las Choapas es ya el que mayor número de casos registra.

El dengue no nos es ajeno. Las Choapas y casi todo el sur de Veracruz es susceptible a sus efectos. Las larvas proliferan en cualquier depósito de agua y el mosco transmisor, el Aedes Egypti, se reproduce cuando encuentra condiciones a modo, cuando fracasan las campañas preventivas o cuando no las hay.

Los datos son espeluznantes. El Sistema Especial de Vigilancia Epidemiológica de Dengue, al corte del 29 de septiembre, ubica a Veracruz con 5 mil 692 casos, mientras que Tabasco registraba 5 mil 327. O sea, 365 contagiados más que el estado vecino. Eso ocurría en la semana 40 del monitoreo.

En la semana 41, que comprende del 6 al 12 de octubre, Veracruz registró 5 mil 986 contagiados y Tabasco 5 mil 465. Mientras en Tabasco sólo se agregaron 138 nuevos casos, el incremento en Veracruz fue de 294.

En Tabasco han fallecido seis personas por contagio de dengue y las consecuentes complicaciones a la salud, mientras que en Veracruz el número de personas muertas es de 14. Ahí también se refrenda el primer sitio.

Veracruz es primer lugar nacional entre las entidades federativas y Las Choapas es primer lugar en el estado, lo que sitúa a este municipio en la cúspide de los casos de dengue de todo el país.
A nivel estatal, Agua Dulce registra 573 contagios y Las Choapas 600. Es decir, el municipio choapense concentra el 10 por ciento de los casos que se han generado en Veracruz.

¿Cómo se llegó a esto? En gran medida por la negligencia oficial, por el desinterés de las autoridades, por el anquilosamiento del aparato de salud, por la actitud criminal de los gobernantes y, sobre todo, por el contubernio entre quienes debieron alertar sobre la dimensión del problema y lo ocultaron deliberadamente.

El gobierno municipal y el gobierno de Veracruz, Renato Tronco Gómez, Cristina Yazmín Cano García, alcalde y su suplente, así como el gobernador Javier Duarte y el ex secretario de  Salud, Pablo Anaya, y su relevo, Juan Antonio Nemi Dib, tienen una alta responsabilidad en el descontrol del dengue, su impacto en la sociedad y las 14 personas fallecidas.

No sólo son las campañas de prevención fallidas, los larvatones, la fumigación y las abatizaciones, que por los funestos resultados, han sido un fracaso. Es la omisión y el engaño, que obedeció a razones políticas y finalmente electorales.

El sector salud, que debió aplicarse a fondo, realiza campañas de mediano o ínfimo nivel; carece de vectores para fumigar porque no dispone de presupuesto para cubrir sus salarios o recibe el reclamo por falta de pago y de equipo protector para aplicar el producto con el que se combate al mosco transmisor.

Ese mismo sector salud ha sido incapaz de organizar campañas de descacharrización, y las que realiza son deficientes.

Desde el mes de julio no se lleva a cabo un larvatón que involucre a escuelas y personal del área de salud y del ayuntamiento de Las Choapas. La alcaldesa sustituta, Cristina Yazmín Cano García, es ajena a las acciones de apoyo. Su antecesor, Renato Tronco Gómez, fue peor, pues mantenía en el olvido los sitios, donde el mosco transmisor ha proliferado sin ningún control.

La negligencia brota por todas partes. Pero el peor escenario lo reveló Renato Tronco cuando en un arranque de ira, agobiado por la votación en contra que recibiera su hermano Miguel Ángel en la elección municipal, postulado por el PRI-PANAL-Verde, expresó que la gente de arriba sabía las cifras reales del avance del dengue, el número de personas contagiadas, y ordenó ocultarlas.

Renato estaba fuera de sí. Decía que los priistas habían hecho contracampaña. Ligó en su declaración al gobernador Javier Duarte, al advertir que el descalabro político obedecía alguien que está arriba y que no es Dios, sino un poco más abajo, alguien que tiene el control”.

Y reveló que las cifras del dengue fueron maquilladas, que en Las Choapas se registran ocho casos de dengue hemorrágico a la semana. O sea, hubo una razón electoral, ocultar el número de enfermos para no demeritar al gobierno priista y con ello la pérdida de votos.

Renato Tronco, así como los funcionarios del sector salud y el gobernador Javier Duarte, conocían la gravedad del dengue y su alarmante incremento. Tronco reconocía que las cifras oficiales no correspondían a la realidad. En ese entonces, en julio pasado, Las Choapas ocupaba el segundo lugar en casos confirmados, pero hoy, tres meses después, es el primer lugar a nivel estatal y nacional.

A propósito del tema, aquí en Zona Franca, describimos la tesis sobre el silencio oficial y su impacto en la ciudadanía:
“Las cifras no se ocultan por buena voluntad. Se ocultan porque el político no es amigo de la verdad. Tampoco es amigo de la sociedad, pues si así fuera, le hablaría de frente y encararía la realidad como es.

“Es uno de tantos casos de negligencia oficial. Todos los días, a toda hora, en los hospitales se escucha lo mismo. Los pacientes presentan los síntomas del dengue y las autoridades los enmascaran con otras enfermedades. Así es como funciona la mentira, destinada a que no se diga que Veracruz. Duarte y su equipo de gobierno fueron derrotados por una enfermedad social.
“Veracruz está enfermo porque sus instituciones lo están. Su enfermedad es como un cáncer y es terminal. Ese cáncer es la corrupción.

“Veracruz está enfermo porque los recursos que debieran destinarse a enfrentar los grandes males, lo que diezma la salud de la población, los que los postra en cama y les quita la vida, son desviados para hacer más ricos a los gobernantes de lo que ya son.
“Veracruz está enfermo porque a los veracruzanos, que son lo más valioso, su gran tesoro, los gobernantes no les hablan con la verdad”.

Tronco reveló un caso de negligencia criminal de la que él mismo fue cómplice. Implicó al gobernador Javier Duarte, al sector salud, a todo un gobierno. Hoy, esa negligencia va cobrando vidas, va situando a Veracruz en una estadística de muerte, en un nada honroso primer lugar en el contexto nacional.

Y así habrá de seguir porque en Veracruz la negligencia no se castiga, se premia. Si se castigara, muchas vidas se salvarían.

([email protected])(@moralesrobert)


 


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