No debiera ser así, pero el peor sector de la democracia veracruzana, la parte más perversa, la que teóricamente debe representar la limpieza, la moral y la equidad, pero no cumplen ese cometido, son los tribunales electorales.

Para nada extraña que cuando los magistrados del Trife nacional consideran que quienes tuvieron que ver con los fraudes electorales en las elecciones pasadas del estado de Veracruz, incluidos los integrantes de las autoridades electorales estatales –junto con las de la Sala Xalapa del mismo Trife- debieran ser sometidos a una investigación por parte de la fiscalía especializada en delitos electorales (Fepade), en el congreso local, una diputada conocida por su participación en el mapachismo electoral, Gladys Merlín Castro, sin pudor ni vergüenza salga en su defensa para “avalar” al Tribunal Estatal Electoral, a cuyo presidente, Daniel Ruiz Morales, elogia como garante de legalidad e imparcialidad.

Lo de Tepetzintla, lo de Las Choapas, y ahora lo de Alvarado, Ixtaczoquitlán y Tatatila, exhibe las graves irregularidades en las que incurre el sistema electoral que opera en Veracruz. Dejan hacer, dejan pasar.

En Tepetzintla se acreditó que los priistas y sus aliados de la Coalición Veracruz para Adelante echaron mano de una de sus habituales prácticas: las boletas electorales apócrifas, una de las formas con las que históricamente se han robado las elecciones.

En las urnas aparecieron por lo menos 400 boletas falsas, con las que la coalición priista “ganó” la elección. La impugnación la hizo Movimiento Ciudadano, luego que los órganos electorales veracruzanos dejaron pasar el fraude.

Llegó al Tribunal Electoral del Estado de Veracruz y, como siempre, el TEEV se la comió completa. Validó una elección en la que asomaban las evidencias la porquería.

Esta vez, el propio Trife regional volvió a dar muestras del control que ejercen los grupos priistas sobre él, algo que es secreto a voces, que cierra los ojos ante las prácticas fraudulentas que le han permitido al PRI adueñarse de diputaciones, alcaldías e incluso del gobierno de Veracruz.

En sesión plenaria con duración de varias horas los magistrados calificaron como muy grave que tanto el Tribunal Electoral del estado de Veracruz como Sala Regional Xalapa del Tribunal Electoral de la Federación, (TEPJF) hayan pasado por alto este asunto que resta toda la certeza a la elección.

Su decisión fue anular la elección y ordenar que se convoque a una extraordinaria.
Lo expresado por los magistrados del Trife nacional es una cubetada helada a quienes presumen que en Veracruz hay elecciones limpias y mueven a reflexionar que los tribunales electorales, contrario a su misión, son nocivos para la democracia.

El magistrado, Flavio Galván Rivera, manifestó que no se pueden cerrar los ojos ante la realidad que se presenta con las más de 440 boletas apócrifas.

“No podemos hablar de una elección auténtica ahí en donde más del 25 por ciento de los votos son depositados, si es que fueron depositados en boletas apócrifas. Para mí son votos también apócrifos. No sólo se ha roto el principio de certeza en la elección, sino el principio de autenticidad. Se ha roto el principio de autenticidad del voto, del voto personal o probablemente del voto libre o probablemente de los tres: voto libre, auténtico y personal”, dijo.

 Para Galván Rivera, la resolución no debe quedar en la nulidad de la elección en Tepetzintla, sino que debe darse vista a la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales, la Fepade, o a la Procuraduría General de la República o a la Procuraduría de Justicia del Estado de Veracruz, a fin de investigar quién o quiénes son los responsables del fraude con las boletas apócrifas.

La crítica a los tribunales electorales no paró ahí. El magistrado Esteban Penagos López dijo no recordar que el Trife se haya ocupado de un asunto de tal magnitud como el de las boletas apócrifas en Tepetzintla, en las que las autoridades electorales acepten o determinen que en el recuento de cuatro de las 19 casillas instaladas, hayan aparecido más de 400 votos con boletas apócrifas, es decir, falsas.

Para el magistrado Constancio Carrasco Daza, la actuación de la Sala Regional del Trife, que confirma la resolución del Tribunal Electoral del Estado de Veracruz, no es acorde con el principio de certeza, o sea, el principio de autenticidad del sufragio.

José Alejandro Luna Ramos señaló que ante la existencia de más de 400 boletas electorales falsas en cuatro casillas, “es francamente imposible ser indiferentes”.

Refirió que “la ciudadanía deposita en nosotros la confianza para cuidar cada paso de las contiendas electorales, siempre de la mano de la Constitución. Por ende, es nuestra obligación aplicar antídotos y abrir las puertas de esta casa de la justicia para ejercer acciones inmediatas y contundentes para hacer frente a conductas que puedan contaminar la voluntad popular a tal grado que sea imposible apreciar la autenticidad de la libertad del voto”.

El problema, pues, no radica sólo en la anulación de la elección, o en que se deban realizar comicios extraordinarios, o que hayan partidos que recurren a prácticas fraudulentas para robarse las elecciones, sino a que los tribunales electorales son omisos y cómplices de ese fraude.

De ahí el énfasis del Trife nacional sobre el papel que juegan la Sala Regional del Trife y el Tribunal Electoral del Estado de Veracruz, por validar elecciones sucias, por aplicar la ley parcialmente cuando su función no es esa sino juzgar para garantizar que se cumplan los principios democráticos.

 Lo grave es que los tribunales electorales se conviertan en parte del fraude.

([email protected])(@moralesrobert)(Facebook: Roberto Morales Ayala)