La vista se no puede mostrar porque supera el umbral de vista de lista (5000 elementos) aplicado por el administrador.

Para ver los elementos, intente seleccionar otra vista o crear una nueva. Si no cuenta con permisos suficientes para crear vistas para esta lista, solicite al administrador que modifique la vista de modo que cumpla con el umbral de vista de lista.

Más información sobre la creación de vistas para listas grandes.

Roberto Morales Ayala

Zona Franca

Goyo, siguen las ejecuciones

19/02/2014 08:26 a.m.

Tanto la lógica como las matemáticas van de la mano. O debieran ir. No así en Veracruz donde el gobernador Javier Duarte de Ochoa nos dice que se han desmantelado 40 bandas de secuestradores y, en cambio, hay un tiradero de personas muertas, ejecutados todos, en las ciudades, en el campo y las carreteras de la entidad.

Dice Duarte que las ha desarticulado y que así se regresa la seguridad a Veracruz. Es el estribillo con el que responde a las cotidianas crisis de inseguridad en que tiene inmersos a los veracruzanos. En ese contexto, habría que investigar si las cárceles no están llenas de gente inocente porque la violencia y los secuestros en lugar de disminuir, aumentan.

El ejecutivo estatal no cesa de alardear que la criminalidad va a la baja. Se apoya en las cifras que aporta el Sistema Nacional de Seguridad Pública.

De 2013 a 2014, presume el gobernador, que en Veracruz se desarticularon 40 bandas dedicadas al secuestro. En teoría, el estado va de maravilla. En los hechos, no.

Quizá al Sistema Nacional de Seguridad Pública se le proporciona información errónea. O quizá los supuestos secuestradores no son tales y quienes están en las cárceles son ciudadanos inocentes.

Las matemáticas reportan 40 bandas de secuestradores en la cárcel, pero la lógica nos dice que si así fuera, Veracruz no estaría sufriendo la oleada de violencia que hoy aqueja a todos, que mantiene en la zozobra a la población, que genera miedo y que le ha quitado la tranquilidad a los veracruzanos.

Tan sólo en el sur de Veracruz, en el tramo entre Coatzacoalcos y los límites con Tabasco, la mano del crimen organizado está presente y actúa con descaro. En 15 kilómetros, a lo largo de la autopista Coatzacoalcos-Villahermosa, los cadáveres de personas, muchos de ellos con el tiro de gracia, otros mutilados, constituyen un espectáculo dantesco, donde la sangre y el horror se conjugan.

De 2013 a la fecha, de los primeros meses del año pasado al día de hoy, suman una docena de cuerpos hallados en condiciones de violencia, seguramente por manos del crimen organizado, del sicario que mata por una paga o de secuestradores que no vieron satisfechas sus demandas y ultimaron a sus víctimas.

Con base en información hemerográfica, sustentada en actuaciones del Ministerio Púbico, el periódico Presencia –que se edita en Las Choapas- ha detallado la terrible realidad que se vive en el sur de Veracruz. Y a eso se agregarían otras cifras, las de los casos que no se denuncian y las de los ejecutados que son sepultados y de los cuales no se vuelve a saber, o de aquellos que permanecieron abandonados hasta que los animales carroñeros dispusieron de ellos.

En un tramo, entre la estación gasolinera de El Paralelo, a la altura del entronque a Las Choapas, sobre la autopista Coatzacoalcos-Villahermosa, y la planta industrial MADISA, han aparecido la mayor parte de los cuerpos ejecutados por las bandas de delincuentes.

El recuento comienza el 13 de marzo de 2013, al ser hallada una persona de sexo masculino, en el tramo Coatzacoalcos-El Paralelo, a la altura del kilómetro 32+500, en el municipio de Agua Dulce. Cerca del cuerpo se encontró una ojiva calibre 45.

El 1 de octubre, aparece otra persona, con el rostro cubierto con cinta canela, bañado en sangre, atado de pies y manos, en el mismo tramo, cerca del basurero. Se trataba de Samuel Méndez Martínez. Vivía en la congregación El Muelle, en Agua Dulce. Su cuerpo evidenciaba que había sido torturado, que sangró en abundancia y presentaba traumatismo craneoencefálico.

Ese mismo mes, el 18 de octubre, fueron hallados dos cuerpos: uno era el del líder de la Federación Auténtica de Trabajadores del Estado de Veracruz (FATEV), Adolfo Sastré Palacios, y el otro de Darwin de la Cruz Sarauz, trabajador obrero. Se les halló en una fosa clandestina cerca del pozo petrolero Rabasa.

Presumiblemente los torturaron en un lugar cercano a la carretera Coatzacoalcos- Paralelo. Después los trasladaron a la parcela donde fueron hallados, en el kilómetro 5+500 de la antigua carretera Coatzacoalcos-Agua Dulce. Los decapitaron y los sepultaron.

Las dos pistas que siguieron las corporaciones judiciales fueron la rivalidad entre organizaciones sindicales de Las Choapas y Agua Dulce, y la extorsión de que son víctimas las compañías que trabajan para Petróleos Mexicanos vía contratos.

Medio mes después, el 1 de noviembre, la violencia alcanzó a dos profesores y un taxista. Ellos eran integrantes del movimiento que se opone a la reforma educativa y el taxista simplemente alguien que estuvo en el lugar equivocado.

Sobre el kilómetro 21 de la carretera Coatzacoalcos-Paralelo fue hallado el taxi 135 de Agua Dulce. En él estaban su conductor, Felipe Nájera Sánchez, y el maestro Irving Alor Santander, ambos con la cabeza desmembrada.

Un segundo maestro, Álvaro Morales Silva, fue hallado a orillas de la carretera, el 4 de noviembre. También había sido ejecutado.

Días después del secuestro, tortura y muerte del periodista Gregorio Jiménez de la Cruz –entre el 5 y 6 de febrero-, se desató una ola de ejecuciones y los cuerpos fueron arrojados en el tramo carretero.


El 11 de febrero, el taxista Otoniel Fabre Torres apareció tras cinco días sin saberse nada de él. Lo hallaron en la autopista Coatzacoalcos-Villahermosa. Su cabeza nunca apareció. Vivía en Agua Dulce.

Al día siguiente, el 12 de febrero, una mujer apareció a un costado de la carretera Coatzacoalcos- Paralelo, a la altura del kilómetro 6+100. Presentaba estado de descomposición. Su cabeza estaba atada con un trapo

Hace cinco días, el 14 de febrero, sobre el kilómetro 20 de la carretera Coatzacoalcos-Paralelo, fue encontrada otra persona. No se determinó si era hombre o mujer. Su cuerpo presentaba descomposición avanzada. Sólo le hallaron las extremidades.

En Las Choapas, a raíz de las redadas para dar con más implicados en el caso del periodista Gregorio Jiménez de la Cruz, levantado en Villa Allende, Coatzacoalcos, cuyo cuerpo apareció el 11 en el municipio choapense, por lo menos seis personas fueron detenidas por supuestos elementos de Seguridad Pública y de la Agencia Veracruzana de Investigaciones. No se sabe nada de ellos. Fueron subidos a una camioneta blanca y se les da como “desaparecidos”.

La violencia, los levantones, los secuestros, los ejecutados, unos con tiro de gracia y otros mutilados, son cosa de todos los día en Veracruz. Pero el gobernador Javier Duarte asegura que la criminalidad va a la baja.

Presume que hay 40 bandas de secuestradores desarticuladas, pero no revela cuántas operan en la entidad. El secuestro no aminora y eso hace preguntar si quienes están en cárceles son inocentes o culpables, si están acusados de delitos que no cometieron y si los verdaderos secuestradores están libres y operando a sus anchas.

 ([email protected])(@moralesrobert)

 


¿Te ha parecido interesante la columna?

Comentarios

Comparte
La vista se no puede mostrar porque supera el umbral de vista de lista (5000 elementos) aplicado por el administrador.

Para ver los elementos, intente seleccionar otra vista o crear una nueva. Si no cuenta con permisos suficientes para crear vistas para esta lista, solicite al administrador que modifique la vista de modo que cumpla con el umbral de vista de lista.

Más información sobre la creación de vistas para listas grandes.