Chúpale pichón. Pues de cuál se toma don Daniel. Eso de rendir un informe a los 100 días de iniciada su gestión de alcalde, fue una mafufada que lejos de lograr el aplauso de los gobernados, mereció el repudio de todo Agua Dulce.
 
Ah qué tipo tan sin embargo es ese Daniel Martínez. No tiene qué informar a 100 días de haber asumido la alcaldía, y lo único que ha venido diciendo en estos tres meses es que el ayuntamiento anterior le dejó un desmadre, que si hay rezago en obra pública, que si la ciudad está caída, que si no encontró un centavo en las arcas, y así, pretextos y más pretextos para justificar la falta de resultados.
 
Para empezar, lo de los 100 días es una tomadura de pelo. La Ley Orgánica dice que hay que presentar un informe de lo realizado en cada año de gestión y que eso es allá por diciembre. Pero nunca falta el imbécil con iniciativa que le habla al oído al alcalde en turno y lo convence que hay que resaltar que algo, lo que sea, se ha hecho en esos primeros 100 días.
 
Agua Dulce luce abandonado, sucio, igual de jodido que cuando entró Daniel Martínez a la alcaldía. Los abandonados siguen abandonados. Las calles están rotas y la vialidad hecha una puerqueza. Las colonias, ignoradas. La seguridad, o sea los polis, como que cuidan y como que vigilan, pero sin ofrecer seguridad.
 
Y el alcalde, como Magdalena, llore que llore, hecho un quejido permanente, como si fuera “la dolorosa”, echándole la culpa de todo a su antecesor.
 
No hay dinero, dejaron deuda, todo era desorganización, y así quién puede hacer algo, ganas hay pero no se puede avanzar. Y así, un gobierno lleno de pretextos, pero eso sí, lo poco que hay se invierte en remodelación de oficinas, como si fuera asunto prioritario, aunque seguro que los contratistas se van a poner con su diezmo y ahí gana Daniel, el de Obras Públicas, el de adquisiciones, el tesorero. Es la ley de la mochada.
 
Destaca el alcalde Daniel Martínez que su policía es una chingonería, una “policía capaz, que cuenta con patrullas”. Y uno se pregunta, para qué las patrullas si siempre llegan tarde a la escena del crimen, al lugar de la gresca, al sitio del robo. Y no es que lleguen minutos después, sino que a veces son uno o dos días y hasta entonces se presentan, cuando ya ni quien se acuerde que se les había llamado.
 
En materia de seguridad, dice que “estamos bien”. Quizá por eso aparecen secuestrados en fosas clandestinas, y hay bandas de criminales que ya hallaron donde asaltar gente inocente, en El Paralelo, sin que haya quien les ponga freno.
 
En algo sí tienen un éxito innegable los policías: el Operativo Mochila aplicado en una escuela. Pues cómo no. ¿Quién se les iba a pelar? ¿Los niños a quienes les revisaron si llevaban su manzana para la maestra, los libros y cuadernos y color, o la tarea encargada el día anterior?
 
¿Cuáles son los éxitos de Daniel Martínez? ¿Los programas sociales que ya viene aplicando el gobierno federal o el estatal, Oportunidades, 65 y Más? Ahí, en el parque Libertad estaban las fotografías que no corresponden a logros municipales, y eso es una falsedad.
 
¿Cuáles son los éxitos del alcalde en sus primeros 100 días de gobierno en Agua Dulce? ¿Acaso las elecciones de agentes municipales? ¿Acaso la del ejido El Corozal, donde impuso a una candidata que obtuvo dos votos —el de ella y el de su marido— y así, contra la voluntad del pueblo, la dio por ganadora, negándose la Junta Electoral a invalidar semejante burla a la democracia?
 
El pueblo, los hidrómilos, siguen esperando que a 100 días de iniciado el ayuntamiento, Daniel Martínez haga como que gobierna y cumpla alguna de las promesas que realizó en campaña.
 
Siguen esperando que gobierne con el cerebro y no con los pies; que evite incurrir en absurdos como ese de prohibir que la gente acuda al palacio municipal en short —ay, chuchis, no se les vayan a ver las piernas peludas—, o que ponga freno a esas pinches secretarias que se sienten que son las que mandan en el ayuntamiento, o que sus ediles asuman sus funciones y no sean rebasados por sus empleadas.
 
De nada le sirve al alcalde llenar el parque Libertad, convocar a los políticos, a los comerciantes y a los amigos, si su gobierno todavía no pinta.
 
En 100 días se habrá dado cuenta Daniel Martínez que no es lo mismo chantajear a los trabajadores petroleros, de los que es líder en la Sección 22, para que acudan a aplaudirle a cambio de mantener sus plazas eventuales, que gobernar al municipio de Agua Dulce, que para eso sí hay que tener bien puestos aquellos que les platiqué.
 
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