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Juan Ciudadano

Los Gobernados

Muerte en el río Tonalá

13/11/2014 09:40 a.m.

Vaya suerte la de los pescadores de Agua Dulce. Pemex les contaminó el río Tonalá. Pemex desgració todo. Los peces huyeron y otras especies ahí dejaron su vida, en lo que es —quién dice que no— un desastre ambiental.

Los dejó sin fuente de ingresos y prácticamente les canceló su futuro. En el río hay muerte y nada que pescar. En el mangle están los restos del petróleo, a la altura de la vieja panga, en el lado de Tabasco.

El ecosistema está afectado. Dicen que técnicamente sólo es ecocidio cuando muere todo el torno ambiental, flora y fauna por igual, pero para ellos es un desastre sin remedio, llámenle como le quieran llamar.

Ellos, los pescadores, viven de la captura de especies, de peces, de cangrejos que se cotizan bien en el mercado. Pero hoy no tienen qué ir a buscar. El instinto le dice a los peces que ese no es su hábitat natural, que se tienen que alejar y así lo hacen.

Pemex no dice nada. Han tenido que ser los pescadores quienes el martes recorrieron la zona. Hallaron el origen el derrame, el mangle afectado, algunas especies muertas, cubiertas de petróleo, los pastizales ennegrecidos, otros con huellas del daño irreversible, comenzando a adquirir un tono amarillento, quemándose paulatinamente.

Es común que Pemex haga esto. Pemex es impune. Puede verter residuos, puede liberar químicos, puede contaminar los cuerpos de agua y el aire, y no pasa nada, es impune.

Y es impune porque el gobierno se lo permite. La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente y SEMARNAT se hacen de la vista gorda. Los gobiernos estatales y los ayuntamientos ni se inmutan. Todos lo saben, todos lo ven, pero nadie hace nada.

Han tenido que ser los pescadores quienes identifiquen el origen de la contaminación. Fueron en lancha, en un recorrido de 10 kilómetros; después a pie, siguiendo la huella del oro negro derramado. Así llegaron a la vieja tubería de Pemex de donde brotó el petróleo.

O sea que los pescadores le hicieron la chamba a la SEMARNAT y a la PROFEPA, que como ya les digo, son viles solapadores.

Los pescadores ya se dirigieron a Pemex. Le hicieron saber que el ecocidio lo provocó la paraestatal. Sea por error humano o porque una tubería reventó, el ecocidio es su responsabilidad.

¿Y qué pachó? Nada. Pemex no respondió. No los peló. Desatendió el asunto, no dijo esta boca es mía o voy a pagar por los daños causados. Pemex prefirió callar.

Pusieron el asunto en manos del ayuntamiento de Agua Dulce. Le dieron al alcalde Daniel Martínez los elementos para proceder, para que encabece las gestiones para que Pemex repare el daño e indemnice a los afectados. Y a ver qué hace el presidente municipal, que es petrolero y líder de la Sección 22 del sindicato.

¿Qué dice la ley? La ley dice que el que contamina tiene que resarcir los daños, tiene que remediar el lugar, tiene que indemnizar a quienes se vean afectados.

Los pescadores son una parte del problema. Su actividad está destrozada. Ya no pescan porque las especies se alejaron del lugar en que hay petróleo. Y así van a estar por mucho tiempo.

No tendrán qué pescar mientras Pemex no remedie el lugar y eso se va a llevar meses. Pero el punto es que Pemex ni siquiera da la cara. Pemex elude el problema que causó. Y lo hace con total indiferencia, sin responder al oficio que le cursó el grupo de pescadores, miembros de varias cooperativas.

Que Pemex se calle no lo deslinda de su responsabilidad. La ley lo obliga a resarcir el daño. Que el ayuntamiento no respalde a los pescadores, es equivalente a ser cómplice de Pemex y, por lo mismo, objeto de sanción. El delito es federal y amerita un escarmiento ejemplar.

Hay que ponerse en la piel de los pescadores para saber en qué angustia viven. Si a usted y a mí nos dijeran que a partir de mañana no tenemos trabajo, no tenemos qué vender, no tenemos qué llevar a nuestro hogar, no tenemos qué darles de comer a nuestros hijos, seguro que estaríamos viviendo la misma angustia.

Pues hay que hacerlo. Hay que ser solidarios. Hay que sumarnos a la causa de los pescadores. Pemex los afectó y Pemex, a la mayor brevedad, deberá resarcirles el daño. ¿Y saben por qué? Porque esos pescadores tienen que llevarles algo para que sus familias, hoy, puedan comer.

(Comentarios y tips a: [email protected])


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