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Arturo Reyes Isidoro

Prosa Aprisa

De nuevo, otro papelazo más

30/09/2015 12:17 p.m.

En medio del diferendo entre el gobernador Javier Duarte de Ochoa y el senador Héctor Yunes Landa, ambos priistas, ayer fue nombrado el senador panista Fernando Yunes Márquez como presidente de la Comisión de Justicia del Senado de la República.


Lo destacable es que en su favor votaron los senadores de todos los grupos parlamenterios incluyendo a los del PRI, no obstante que un día anterior los diputados federales priistas veracruzanos, mediante desplegado público dirigido al presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PAN, Ricardo Anaya Cortés, habían tratado de evitarlo.


O sea, papelazo, de nuevo, el que acaban de hacer los legisladores tricolores. Peor, que los ignoraron en el liderazgo de su propia bancada, pues no sólo no los apoyaron sino que votaron en sentido contrario a su pretensión.


Pero no sólo eso.

El diputado federal también panista, Miguel Ángel Yunes Linares, padre de Fernando, fue nombrado presidente de la Comisión de Seguridad de la  LXIII Legislatura de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, no obstante las acusaciones que en su contra también están haciendo los mismos diputados federales priistas por presuntos actos de corrupción.


El hecho seguramente servirá en Xalapa para sopesar qué tan bien están sus bonos en el centro de las decisiones políticas del país, pues no pudieron atajar a dos de los tres principales enemigos públicos del Palacio de Gobierno, quienes a su fuero como legisladores federales sumaron ahora el blindaje que les otorga las comisiones que presiden.


Debe preocupar más a sus enemigos el nombramiento de Miguel Ángel, pues apenas el pasado fin de semana pidió al Gobierno Federal que designe a un comisionado de seguridad en el estado ante la ola de violencia que azota el estado.

Su nueva posición le dará fuerza para insistir en su petición y para estar cuestionando la política de seguridad en Veracruz.


En el fondo, lo que los nombramientos reflejan es que los acuerdos políticos cupulares en la capital del país entre el PRI y el PAN están por encima de los intereses locales, pues es indudable que los Yunes, padre e hijo, no hubieran pasado si César Camacho Quiroz y Emilio Gamboa Patrón, líderes tricolores en la Cámara de Diputados y en el Senado, respectivamente, cuyas bancadas son mayoritarias, no hubieran estado de acuerdo y se hubieran opuesto. Pero no.


¿Lo hubieran nombrado, además, si se supiera que la Procuraduría General de la República  va a proceder en su contra como lo están pidiendo que lo haga tanto los 400 Pueblos como los diputados federales priistas veracruzanos?


Y mientras en el PRI el gobernador y uno de los senadores pelean, en un pleito de pronóstico reservado que no se sabe en qué va a parar, también, una fuente seria me ha confirmado que quedó acordada la alianza entre el PAN y el PRD para el proceso electoral del próximo año, cuya cereza del pastel es la gubernatura de dos años.


El acuerdo implicaría que, en efecto, el candidato saldrá de las filas del PAN, y que hasta ahora sólo ven dos opciones viables: Miguel Ángel Yunes Linares y Juan Bueno Torio, aunque afirman que en sus encuestas el segundo está muy lejos en la preferencia de los veracruzanos.


Tampoco descartan que si las circunstancias dieran un vuelco pudieran considerar como una tercera vía al senador todavía priista Héctor Yunes Landa, o que en todo caso –oh cosas de nuestra política– se llegara a un acuerdo en que uno fuera por la gubernatura de dos años en 2016 y el otro por la de seis años en 2018, porque están pensando en grande.


Mi fuente me dice que nunca como ahora ven la posibilidad de derrotar al PRI ante la mala imagen del presidente Peña Nieto, la del Gobierno del Estado y la división entre los priistas abanderados ahora por Duarte y Yunes Landa, y que PAN y PRD van a invitar a otras fuerzas política a formar un gran frente que los lleve al Palacio de Gobierno.


Este escenario hace considerar a los analistas políticos que dado el rumbo que han tomado las cosas en Veracruz entre los priistas, el centro de los poderes en la capital del país va a tomar el control político para conducir el proceso sucesorio con un candidato que unifique y que tenga arrastre y sea capaz de enfrentar con éxito a la alianza de la derecha con la izquierda, pero que también garantice un buen gobierno a partir de poner orden en las finanzas estatales.


Es a partir de ahí que ante la posibilidad que dejó abierta Héctor Yunes Landa de irse por la vía independiente, al nombre de José Francisco “Pepe” Yunes Zorrilla empiecen a sumar el de Tomás Ruiz González, quien, por otra parte, se ha reactivado y está teniendo ya más movilidad y presencia en todo el estado escudado en la función de la dependencia a su cargo, que es la de la construcción de obras públicas y vías de comunicación.


Al final, el pleito iniciado el domingo entre Duarte de Ochoa y Yunes Landa podría perjudicar a los dos, pues podrían verse rebasados por el centro de los poderes que podría optar por otra decisión que no fuera ni la de uno ni la de otro, pues no se piensa que el senador vaya aceptar conciliarse con el gobernador dado el ultraje que sufrió y que él hizo extensiva a su familia.

Lo cierto es que por el momento las aguas de la política veracruzana están turbias y no precisamente por los aguaceros que han estado cayendo, y en parte no se aclararán hasta en tanto no se serene Héctor y ya frío decida el paso definitivo que va a dar con respecto a su aspiración, esto es, si decide mantenerse en su partido o si se va porque sienta que no están siendo justos con él.


Si decide quedarse, habrá que ver también si se sostiene en su acuerdo con su homólogo Yunes Zorrilla de apoyarlo con todo en caso de que él no sea el favorecido.


Ampudia, en lo correcto


Enrique Ampudia Mello, en efecto, no es funcionario del Gobierno del Estado sino sólo secretario particular del Gobernador Javier Duarte de Ochoa y por lo tanto hizo lo correcto en no pronunciarse ayer en el conflicto que se suscitó entre el cordobés y el senador Héctor Yunes Landa.


Que se sepa, él es institucional y habla lo mismo con Héctor que con el senador José Francisco Yunes Zorrilla siempre atendiendo instrucciones de su jefe o cumpliendo los encargos que le hace.

 Ser articulador político y puente de negociación con todos los actores políticos es una tarea que tiene encomendada.


Se vio bien que optara por el voto de silencio pero también que expresara que Duarte, como gobernador, lo único que merece es respeto y reconocimiento y que lo une a él una relación de respeto y “cariño muy alto”.


Ampudia no se puede considerar dentro del círculo cercano al gobernador, pero no deja de ser relevante que se exprese así de su jefe, lo que en cambio no hacen los que se consideran duartistas allegados a Duarte.

 

 

 


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