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Arturo Reyes Isidoro

Prosa Aprisa

Convención de delegados, ninguna novedad

09/12/2015 10:09 a.m.


(A Alfonso Salces, con mi amistad, mi respeto, mi consideración y mi solidaridad de siempre.)

La llegada de Agustín Acosta Lagunes como candidato del PRI al Gobierno de Veracruz me tocó vivirla como reportero en 1980 en el semanario xalapeño Punto y Aparte.

Aún recuerdo que con Froylán Flores Cancela, su director, nos mirábamos en forma interrogativa y extrañados cuando nos enteramos del nombre.

No sabíamos quién era ni habíamos escuchado antes su nombre. No había hecho vida pública en Veracruz y menos actividad como priista. Era un perfecto desconocido para los veracruzanos.

Con el correr del tiempo nos enteramos cómo fue que el entonces presidente José López Portillo (Jolopo) optó por él para que viniera a gobernar el estado.

Ante el dilema de a quién nombrar, en una reunión Acosta Lagunes le dijo: “Si tu dolor de cabeza es Veracruz, aquí está tu mejoral”. El dedazo fue automático y fulminante.

Eran amigos. Jolopo había sido Secretario de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y Acosta era Director de la Casa de Moneda dependiente de la SHCP.

No hubo el tradicional “destape” ni la famosa cargada ni la bufalada propia de la militancia tricolor. El entronamiento como candidato fue ya pura formalidad.

En 1992 me tocó vivir también la llegada de Patricio Chirinos Calero como candidato tricolor a la gubernatura. Entonces se daba por hecho que el candidato sería Miguel Alemán Velasco.

Igual, era yo reportero de Punto y Aparte pero muy cercano al gobernador Dante Delgado Rannauro, quien –a años de distancia aún no me explicó por qué– me había adoptado y hecho su permanente acompañante en sus recorridos por el estado, sin faltar un solo día de sus cuatro años de gobierno, de tal forma que viví desde adentro aquel proceso sucesorio.

Dante siempre quiso que su sucesor fuera Alemán e impulsó su llegada con todo el poder que tiene un gobernador, pero no pudo con el arrasante poder  del entonces presidente Carlos Salinas de Gortari quien, igual, con un fulminante dedazo impuso a su amigo huasteco, presuntamente nativo de Pánuco aunque alguna vez el entonces diario Sur de Veracruz (hoy Imagen de Veracruz) publicó un acta de nacimiento donde aparecía como nativo de San Luis Potosí.

Chirinos sí tenía militancia partidista, pero su carrera política la había hecho más en la Ciudad de México. Por popularidad no hubiera ganado en una encuesta.

Acosta Lagunes y Chirinos Calero fueron “elegidos” candidatos en convención de delegados y ganaron sin mayor esfuerzo y sin ninguna dificultad porque la oposición era tan débil que prácticamente no existía. En justicia debe decirse que resultaron dos de los mejores gobernadores que ha tenido el estado.

Pero fueron impuestos por el Presidente en turno, no por el gobernador de cada época.

Como gobernador y líder natural del PRI, Fidel Herrera Beltrán daba una orden terminante a la hora de escoger a los delegados priistas. “No quiero demócratas ni objetores de conciencia. Quiero empleados, incondicionales”. A través de ellos sacó adelante todos los procesos internos partidistas e impuso a los que quiso.

El próximo domingo, en el Consejo Extraordinario Político Estatal que tendrá lugar por la mañana en un hotel contiguo a la Plaza Américas del puerto de Veracruz, se aprobará el método de convención de delegados para elegir al candidato a la gubernatura de dos años. Ésa será la cereza del pastel.

En realidad, nada nuevo. Nunca en la historia del PRI en Veracruz se ha optado por otra forma, pero tampoco en ningún otro estado del país. Para la elección de 2016 el único estado donde ya se eligió método fue en Durango y fue por convención de delegados, y el que sigue es Tlaxcala y se determinará lo mismo.

Lo inédito en Veracruz son las posiciones encontradas entre dos grupos claramente definidos: el del gobernador Javier Duarte de Ochoa y el de los senadores Héctor Yunes Landa y José Francisco Yunes Zorrilla. Uno por imponer a Alberto Silva Ramos o a Erick Lagos Hernández como candidatos, los otros por ser cualquiera de los dos los elegidos.

Es innegable que el gobernador tiene el control de los delegados, pero, además, según publicó ayer el portal Radiover.info, operadores afines a la dirigencia partidista “ya recaban las firmas de los consejeros bajo presión, pues para obtener su acreditación para ingresar a la reunión deben rubricar desde ahora el acta de asistencia”.

Tampoco es novedad. Así se ha hecho siempre. Pero es indudable que ahora más que nunca se va a asegurar el control. El sentido de la votación es de vida o muerte política para el actual grupo en el poder. Pero así como va a imponer su santa voluntad el gobernante el próximo domingo lo podrá hacer también a finales de enero cuando se elija al candidato, a menos que una mano más poderosa que la suya se lo impida. 

El domingo el grupo dominante dará el primer paso que le puede permitir el segundo, aunque de éste dependerá la unidad interna y el éxito en las urnas, porque las circunstancias no son las mismas que en 1980 y que en 1992, de tal forma que si no se escoge a la persona idónea la máquina tricolor se puede descarrilar por primera vez en la historia del estado.

Al Consejo están siendo convocados los 650 consejeros y están invitados el propio gobernador Duarte así como los senadores Yunes priistas, además de todos los diputados locales y federales (prácticamente todos duartistas), así como los exdirigentes estatales. 

Como asuntos de “gobierno interno” priista se darán a conocer los acuerdos que se tomaron en la celebración del reciente Consejo Político Nacional y se autorizará al dirigente estatal Alberto Silva Ramos para que inicie conversaciones para celebrar alianzas con otros partidos políticos afines. 

No se puede anticipar nada sobre qué va a suceder en definitivo, aunque el grupo en el poder trabaja no sólo para tener el control del proceso sucesorio gubernamental, sino también para imponer candidatos a las diputaciones locales.

Como parte de esto último, operadores tricolores al servicio del gobierno han estado llevando grupos de personas a entrevistarse con el Gobernador en su departamento que tiene en el puerto de Veracruz, pues es más que notorio que quiere la finca pero con todo y los mangos.

Para los políticos priistas no habrá asueto por Navidad y fin de año. Disputan palmo a palmo sobre el terreno interno, porque saben que en ello les va la sobrevivencia o el arribo al poder.

Y en vía de mientras, la oposición no pierde detalles. Está puesta a capitalizar cualquier error de los tricolores y no se los va a perdonar. Es la más interesada en que se tome una mala decisión, y si así sucede, lo va a celebrar en grande.

Viene Margarita Zavala

De nueva cuenta, la aspirante presidencial del PAN para 2018, Margarita Zavala, vendrá al estado el próximo lunes. Veracruz es clave por el número de votantes. La señora ha desbancado ya a Andrés Manuel López Obrador de la punta de los presidenciables.

Por otra parte, se tiene previsto que el gobernador Javier Duarte se reúna a comer el próximo viernes con los delegados federales, en un  tradicional brindis de fin de año. 



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