​Inmersos en la sucia vorágine de información dolosa, arma vergonzosa que utilizan los candidatos a la gubernatura, los ciudadanos han dejado de lado el interés por lo que debiera ser de primordial atención: la decisión por la elección de los diputados y diputadas que integrarán la próxima Legislatura del estado.

De principalísima importancia porque, hoy en día, la llamada Casa del Pueblo, el Congreso, contrapeso real del poder, se encuentra convertido en una casa de citas, porque mal elegidos en pasados procesos electorales, se ha permitido la llegada de meros prostitutos y prostitutas del poder. Diputados ajenos a una auténtica representación popular, venden sus conciencias al mejor postor.

A lo largo de 18 años, entre los gobiernos de los mandatarios priistas Miguel Alemán Velasco, Fidel Herrera Beltrán y Javier Duarte, el Congreso ha sido dominado por legisladores y legisladoras que sin escrúpulo alguno han apoyado y acatado las iniciativas de ley que establece el Gobernador del estado, sin que se le cuestione, analice o frene. 

En la Casa del Pueblo, precisamente donde el poder del pueblo debiera de manifestarse, es donde por mayoría, se han aprobado las deudas públicas que mantienen a la administración de Veracruz en total desorden financiero y jodidos a los veracruzanos en cuanto a los servicios más elementales, con obra pública de ínfima calidad o de plano inexistente, a los maestros sin cumplirles con sus pagos y a la Universidad Veracruzana reclamando más de dos mil millones de pesos, por lo que hoy ya amenaza con irse a la huelga y la movilización general.  La depresión económica golpea a todos, el desempleo crece, los empresarios no invierten, al contrario, huyen por la inseguridad y los municipios dan lástima, porque cargan deudas producto de las estupideces financieras de quien ayer era Secretario de Finanzas y hoy todavía despacha como gobernador.

En la Casa del Pueblo, precisamente donde el poder del pueblo debiera de manifestarse, los prostitutos y las prostitutas del poder han autorizado escabrosos nombramientos, como el del Procurador General de Justicia, ahora Fiscal de Veracruz, Luis Angel Bravo Contreras, quien no solo ha demostrado ineptitud sino que además ha hecho uso de la institución para reprimir y hostigar quienes no están en la gracia del gobierno. También, allí se ha aprobado la Bursatilización de Impuesto a la Tenencia, las modificaciones a la Ley del Municipio Libre, al Código Electoral de Veracruz y, en general, leyes que lejos de beneficiar la vida cotidiana de las familias veracruzanas, la han fastidiado.

En la Casa del Pueblo, precisamente donde el poder del pueblo debiera de manifestarse, se habían denunciado presuntos desvíos de recursos y enriquecimiento ilícito de exfuncionarios del gobierno de Miguel Alemán Velazco (Sergio Maya Alemán, Mauro Loyo Varela, Alejandro Montano Guzmán, Lorenzo Lazo Margáin, Gustavo Nachón Aguirre), sin que se fincaran responsabilidades y se registrara un antecedente de que el Congreso local lucharía por poner un alto a la corrupción de los servidores públicos.

No, no ha sido la Casa del Pueblo, mal elegidos, no han llegado a ella representantes del pueblo, sino quienes ejercen la prostitución de sus conciencias por riqueza y poder. Es su Casa de Citas, trafican con lo que no les pertenece.

Por esa oposición débil y manejable, la deuda pública estatal fue creciendo como avalancha con el gobierno de Fidel Herrera Beltrán hasta aniquilar financieramente al Estado con el gobierno de Javier Duarte de Ochoa, el gran “creador” de las finanzas fidelistas, donde ambos gobiernos aportaron a los nuevos funcionarios priistas millonarios, sin que hasta la fecha se les castigue.

Hubo un tiempo en el cual el PAN fue mayoría y controlaba la Junta de Coordinación Política del Congreso estatal, pero los azules lo aprovecharon para legislar con base al chantaje y presión. El entonces gobernador del estado Fidel Herrera Beltrán hizo gala de sus dotes de negociador.

Como Fidel no podía mandar en el Congreso operó de manera estratégica, perversa, formas a las que los legisladores de oposición fueron cediendo: los partidos políticos se reunían directamente con el gobernador en el Palacio de Gobierno, acordaban las aprobaciones de leyes, Fidel a cambio les cedía cargos a los panistas, en la Judicatura, en el Orfis, en el IEV (ahora OPLE), y pues así obtenía leyes a modo, confeccionadas para el atraco.

En un texto periodístico de la entonces reportera de Milenio El Portal, Gina Domínguez Colío, titulado “Erick Lagos vs. Yunes Landa” (19 marzo de 2008) se retrata a la perfección la manera en que el PRI desde Palacio de Gobierno compraba la voluntad de la oposición: “se dice que Erick Lagos era el encargado de planchar a Alejandro Vázquez Cuevas y a su excompañero de escuela y amigo personal Rogelio Franco Castán, líder del PRD, para que avalaran el Pacto para el Empleo y las inversiones (…) se asegura que fue Erick Lagos el que financió la campaña de César Ulises, candidato a la dirigencia perredista, un PRD totalmente palacio”.

Así todos los líderes de partidos y congresistas, estaban pastoreados, planchados, contentos y aplacados.

Domínguez Colío, sabía de lo que hablaba, como no, si ella mismo se convirtió en parte del saqueo fidelista, trepándose en el poder, se convirtió de la noche a la mañana, en una potentada de medios que poco circulan, pero que cobran altísimas facturas al gobierno al que sirven. 

La compra de conciencias de los “opositores” y tener de su lado a una mayoría priista, es lo que permite a un gobernador hacer de su gobierno lo que quiera, no hay contrapeso, no hay atajos, manda sus iniciativas para que las obedezcan, no para las que discutan.

Ninguneada, casi inexistente, la verdadera oposición es arrasada y frenada en iniciativas y propuestas que valen la pena.

Lo lamentable de este escenario es que nunca se privilegian leyes, proyectos que tomen en cuenta las necesidades sociales, la urgencia de los ciudadanos, sólo se le da prioridad a los que envía el Gobernador del estado, el resto son desechados o congelados, a veces porque no le quieren hacer el caldo gordo a algún grupo político o partido, otras porque no conviene a los intereses del gobernador, otras, en su gran mayoría, porque de plano no trabajan para el distrito electoral que los eligió.

Para el próximo año legislativo, el PRI tendrá a su favor a sus diputados plurinominales (aquellos a los que su partido les regala una curul, sin que salgan a conseguir el voto ciudadano), más los aliados de siempre como el Verde Ecologista, Nueva Alianza, el AVE, y los que se dejen convencer.

Y si el PAN, PRD, Morena, Movimiento Ciudadano no logran hacer ganar en la siguiente votación estatal a sus candidatos o candidatas de las diputaciones, la historia, una vez más, puede volver a repetirse.

En estos días, los aspirantes caminan desesperados, claman, ruegan, suplican que les crean, que ellos cambian, que ellos quieren, pero es cuando el ciudadano debe dejar la emoción de lado, es cuando debe de aplicar todo el peso de la razón. El próximo cinco de junio, en ese íntimo encuentro con las urnas, el poder está en sus manos.

Sea quien sea el Gobernador que se elija, es importante ponerle cascabel al gato, y esto puede hacerse desde el Congreso, con diputados comprometidos realmente, que tengan la calidad moral, con la que dignifiquen el papel del diputado como representante del pueblo, que el Congreso sea la Casa del Pueblo, y no siga siendo la casa de citas, la prostitución del poder.