​En su afán de destruir a Miguel Angel Yunes Linares, a Fidel Herrera Beltrán y a su heredero en el gobierno, Javier Duarte de Ochoa, se les pasó mano. Al candidato del PAN-PRD lo convirtieron en el mártir de una despiadada campaña de lodo, pero además fortalecieron la campaña del candidato de Andrés Manuel López Obrador (Morena), Cuitláhuac García Jiménez, a quien ahora ya no encuentran como bajarlo de las preferencias.

El resultado de las elecciones en Veracruz por su potencial de votos y recursos económicos, representa la joya de la corona rumbo a las elecciones presidenciales del 2018. 

La impunidad que el gobierno de Enrique Peña Nieto concedió al gobernador Javier Duarte de Ochoa, ante al indiscriminado saqueo de recursos públicos y la sospecha de que el crimen organizado actúa en complicidad con el grupo gobernante, han creado un clima de hartazgo social sin precedentes en contra del partido político que lo llevó al poder, lo que nulifica una elección favorable para el candidato de la coalición priista, Héctor Yunes Landa.

En ese escenario tormentoso para el PRI y su candidato, el grupo gobernante llevó a cabo una doble estrategia para golpear a quien en las encuestas se posicionaba como el beneficiario del voto de castigo en contra el PRI. A Miguel Angel Yunes Linares lo bañaron de lodo, utilizando recursos multimillonarios, con la vieja acusación de que está involucrado en una red de pederastas.

La doble estrategia contempló el fortalecimiento de la campaña del candidato de Morena, para bajar de las preferencias electorales a Yunes Linares.

Con arreglos en lo obscurito o no, el dirigente de Morena, Andrés Manuel López Obrador, jugó con las mismas fichas del grupo gobernante en Veracruz, manteniendo su discurso contra la mafia del poder y las reformas propuestas por Peña Nieto, pero soslayando la corrupción duartista y el interés de mandar a prisión a los saqueadores del estado. En cambio, enderezó sus críticas contra Yunes Linares, comparándolo con Javier Duarte, pero sin hacer importante referencia al candidato del PRI, Héctor Yunes Landa.

La estrategia lopezobradorista, realmente no necesitaba de pactos con Duarte, porque ignorando a Duarte y a Yunes Landa, debían enfocarse en llamar la atención del voto del PAN-PRD para minar el arrastre de Yunes Linares, que era la verdadera competencia, y convertir a Morena en una opción para el voto de castigo.

En ese contexto, Andrés Manuel eligió a un buen candidato en el investigador académico y diputado federal, Cuitláhuac García Jiménez, activista xalapeño e hijo de un prominente luchador social perredista, el maestro Atanasio García Durán.

En el  primer mes de elecciones a gobernador, el fidelismo-duartismo, enemigos a muerte de Miguel Angel Yunes Linares, literalmente porque su enemistad va mucho más allá de lo político, lograron su objetivo de bajar de la preferencia electoral a la alianza PAN-PRD. Lo anterior se refleja en las encuestas realizadas en la primera quincena del mes de mayo, que dieron como resultado un empate técnico entre el candidato de Morena y el candidato de la coalición priista.

Sin embargo, pese a las fuertes cantidades de dinero invertidas en la promoción de Yunes Landa, sus puntos porcentuales casi no se movieron, más bien fue desplazado por Cuitláhuac García Jiménez, quien llevando una campaña completamente austera está logrando repetir la hazaña lograda como candidato a diputado federal en Xalapa, en la que -sin los millones que invirtió el PRI con su candidata Elizabeth Morales- logró arrasar en las urnas.

Yunes Landa, hasta antes de la primera quincena del mes de mayo, no hizo comentarios relevantes con respecto a la campaña de Cuitláhuac Jiménez García; no obstante, acostumbrado a acomodar su discurso a las circunstancias, recurrió a las versiones difamadoras. Si a su primo hermano, su sangre, lo acusó de pederasta, sin pruebas contundentes, menos le importó asegurar que el candidato de Morena se reunía en Casa Veracruz con el gobernador Javier Duarte de Ochoa y que de allí salía con “sobrepeso”, insinuando que recibía fuertes cantidades de recursos para posicionarse en su campaña. 

Si bien las mediciones electorales, antes de la primera quincena de Mayo, indicaban la caída del candidato del PAN-PRD, Miguel Ángel Yunes Linares, ubicándose al nivel del candidato del PRI, Héctor Yunes Landa; Cuitláhuac Jiménez, aumentó en puntos porcentuales.

El ascenso sorprendió a los estrategas priistas, pues pone un escenario de fuerte debacle para el proyecto del presidente nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones.

El interés especial en Veracruz se trata no sólo porque hay más de 5 millones y medio de electores y representa una fuerza electoral importante, sino por los recursos económicos que siempre se han manejado desde el Estado a favor de los candidatos presidenciables del PRI.

En el pasado mes de abril, de acuerdo a la consultora Mitofsky, la probabilidad de la alternancia en estas elecciones planteaban a Veracruz, Oaxaca, Tamaulipas, Tlaxcala y Sinaloa con una alta probabilidad de alternancia política, en la recta final los números se han ido cerrando, y Veracruz continúa con la seria posibilidad de vivir una alternancia de partidos políticos, aunque sea de dos años.

Al final, gracias a Javier Duarte y a Yunes Landa, el saldo es favorable para AMLO, aunque un escenario ideal sería que Cuitláhuac fuera electo para gobernador del estado, porque tendría los recursos de Veracruz disponibles para su campaña a la Presidencia en el 2018. Pero ese es un escenario ideal, difícil y casi imposible, porque la realidad es que el estado de Veracruz no es Xalapa, y desgraciadamente fuera de la capital lo que prevalece es el voto manipulado por la pobreza y la ignorancia, que paradójicamente favorece a quienes han ostentado el poder. Aunado a lo anterior, Miguel Angel Yunes Linares, contra los pronósticos negativos conocidos hasta la primera quincena de mayo, en la tercera semana de este mes recuperó posición y, según la encuestadora Berumen, de nueva cuenta repunta en la preferencia electoral.

Sea cual fuere el resultado de las elecciones, insistimos, quién ya ganó es Andrés Manuel que con Morena ya tiene el camino más sólido, justo lo que se buscaba con este proyecto político hacia el 2018.