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Roberto Morales Ayala

Zona Franca

Veracruz, la saga de venganza y ambiciones

07/06/2016 08:36 a.m.

Después de un final de suspenso, aunque ya cantado, la política veracruzana nos promete una próxima temporada plena de sobresaltos y decepciones, derivadas del reacomodo de fuerzas en el estado, la mayoría de estas fincadas en las venganzas y ambiciones, con altos costos morales, humanos y económicos.

Por una parte, está el virtual gobernador electo de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares, quien ya delineó la próxima agenda política, social y de seguridad que atenderá a partir del 1 de diciembre cuando tome protesta ante el Congreso del estado, de mayoría panista: una comisión de verdad para los desaparecidos, investigación sobre mandos policiales involucrados con el crimen organizado y hacer que los malos funcionarios regresen lo que robaron al Estado.

Sin embargo, previo a esta agenda oficial, existe una promesa de campaña por la cual los veracruzanos le otorgaron el triunfo y esperan que sea atendida por el ungido estatal: la cárcel al gobernador Javier Duarte de Ochoa. En esta elección,  más que una transición de cambio y esperanza, se establecieron las bases para un gobierno de venganza, donde lo prometido es deuda, y quien prometió fue el abanderado de la alianza PAN-PRD.

No sería la primera vez que Miguel Ángel Yunes Linares meta a un exgobernador de Veracruz a la cárcel: lo hizo con Dante Delgado Rannauro, el 18 de diciembre de 1996, fecha en que fue aprehendido y encarcelado en el penal de Pacho Viejo, Coatepec, acusado de peculado por más de 450 millones de pesos, abuso de autoridad, tráfico de influencias, incumplimiento de un deber legal, delitos cometidos durante su gestión como gobernador sustituto de Veracruz, de 1988 a 1992.

Junto con el exgobernador de Veracruz, Dante Delgado Rannauro, estuvieron en Pacho Viejo, sus colaboradores Gerardo Poo Olibarri y Porfirio Serrano Amador, secretario de Finanzas y de Desarrollo Urbano, respectivamente. Al ganar un amparo federal, porque los delitos habían prescrito, Dante Delgado y compañía fueron liberados. Dante Delgado, actual líder nacional de Movimiento Ciudadano, permaneció en la cárcel 15 meses y salió el 4 de abril de 1998. 

Los medios consignan que nunca se supo a fondo de las acusaciones por peculado que se hicieron en su contra y tampoco se probó su inocencia.

Lo que sí se conoce de este episodio en la historia política veracruzana es que Miguel Ángel Yunes Linares operó la acción de aprehensión del ex mandatario, como respuesta a un mandato que el presidente de la República, Ernesto Zedillo, hiciera al entonces gobernador Patricio Chirinos Calero de armar un expediente de las irregularidades cometidas en el cuatrienio dantista. Previamente, el gobierno chirinista tenía la misión de limpiar a Veracruz del gutiérrezbarrismo, pues estaba en juego la sucesión presidencial.

Así que en esto el virtual gobernador electo de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares, es un conocedor de los procesos, pactos y acuerdos.

Por otra parte, en esta saga que tiene como protagonistas a los Yunes, se encuentra el candidato perdedor del PRI, Héctor Yunes Landa, quien – a pesar de que sabía que había sido sacrificado políticamente desde el Altiplano- no tuvo empacho en cargar con una mentira política hasta el último momento de la jornada electoral y sostener a como diera lugar que el PRI ganaría.  Si algo se recordará de Héctor, no es que fuera el “bueno”, como se autollamó, ni que cargó con el costo de un mal gobierno presidido por Javier Duarte, sino haber pagado un alto precio moral en el que arrastró hasta  a su propia familia, con tal de mantener una campaña que por donde se le tocara ya le salía pus.  Políticamente no fue ético ni moralmente válido, pero a él no le importó.

Finalmente, pese a que se desea todo lo bueno para Veracruz y los veracruzanos, no se puede desestimar que el nuevo gobierno de dos años se engendró en medio de venganzas y ambiciones políticas, no se le eligió porque representara una propuesta contundente de combate a la pobreza, a la inseguridad, de hacer crecer a Veracruz, sino a la emoción única de la sed de venganza y enojo.

Si algo tiene ya el próximo gobierno de Veracruz, que paradójicamente es el que viene a castigar y a hacer rendir cuentas–  es un tufo a corrupción, pues lo peor del sexenio fidelista y duartista lo tiene el gobierno que encabezará Miguel Ángel Yunes Linares: a los mercenarios perredistas que han trascendido a pesar de su extinción como fuerza política, haciendo de esta simbiosis política un mal totalmente innecesario. 

¿En el próximo gabinete estarán los Hérviz Reyes, los Franco Castán, los Rodríguez Cortés, los Romero Aquino, los Freddy Ayala y los  Juan Vergel?  ¿Todos los que cuentan con descrédito político y que se dejaron cooptar por un pedazo de dinero y poder?

Gracias al voto de castigo, salieron ganadores los perredistas que desde 1998 a 2015, mantuvieron a su partido político en  la tercera posición electoral en Veracruz, y que no vieron otro rescate de su naufragio más que aliarse con el PAN, so pena de caer hasta el quinto lugar.

Así pinta la alternancia política en Veracruz.


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