La vista se no puede mostrar porque supera el umbral de vista de lista (5000 elementos) aplicado por el administrador.

Para ver los elementos, intente seleccionar otra vista o crear una nueva. Si no cuenta con permisos suficientes para crear vistas para esta lista, solicite al administrador que modifique la vista de modo que cumpla con el umbral de vista de lista.

Más información sobre la creación de vistas para listas grandes.

Juan Ciudadano

Los Gobernados

Hablan los narcos y tiembla México

25/07/2016 08:37 a.m.

Chale. Cuando hablan los capos, todo tiembla. Es como un presagio, o un mal presagio, como síntoma de que el México violento se va a volver más violento y que a la sociedad algo le va a salpicar.

Ahora es Rafael Caro Quintero el que toma la palabra para decir una que otra verdad, quizá muchas mentiras, quizá también algunos mensajes, pero que sin duda no augura nada bueno para los que nada tienen que ver con los señores de la droga y su eterna persecución.

Caro Quintero ha de ser un desconocido para los chavos, los que no vivieron los años 80, los que no vieron el despertar del México azotado por el flagelo de las drogas, con personajes que hoy son de película, o de serie de TV, “El Señor de los Cielos” en Netflix, Aurelio Casillas que no es otro que Amado Carrillo Fuentes, el líder del Cártel de Ciudad Juárez.

Caro Quintero fue el barón de la droga, originario de Sinaloa y asentado en Guadalajara, desde donde dirigía su imperio y se mezclaba con el jet set y los juniors de la política y tenía una novia bonita, Sara Cosío, sobrina de un priista de altísimo nivel, hasta alcanzar un estatus cañón, un hombre con una fortuna impresionante, cultivador de mariguana, abasteciendo al mercado de los gringos.

Su pex fue el asesinato del agente de la DEA, Enrique Camarena Salazar, al que sometieron a una despiadada tortura y aún vivo le perforaron la cabeza con un taladro.

Caro Quintero dice que no lo hizo. El gobierno de Estados Unidos asegura que sí. Y al de México le tocó enjuiciarlo y mantenerlo 28 años en prisión. Salió y de inmediato le cayeron dos órdenes de aprehensión más: un para extraditarlo a “gabacholandia” y la otra para que se eche 12 años más en la cárcel.

Por eso anda de pelada. Y ahora, desde la clandestinidad, habla para la revista Proceso, con la intención de enfrentar lo que percibe como la intención del gobierno federal de confrontarlo con otro capo, más cabrón que bonito, el más poderoso de todos los que se han conocido: Joaquín “El Chapo” Guzmán.

Un fiscal antidrogas y un general corroboran lo que Proceso había informado: que Caro Quintero está atrás del ataque a la vivienda de la mamá de El Chapo, lo que presagia una guerra de alta intensidad entre los cárteles y la intención del ex reo de volver por lo suyo y desplazar a otras bandas.

Caro Quintero habría sido el autor intelectual del ataque y el brazo ejecutor habría sido “El Mochomito”, sobrino del Chapo. Es una versión surgida desde el interior del gobierno, confirmada por un fiscal y un general.

Él busca a Proceso. Concede su primera entrevista en años, ya estando libre. Asegura que la versión es infundada, que no conoce a los herederos de los Beltrán Leyva, otro cártel de la droga, y que con “El Chapo” hay buena relación.

Percibe que hay intención de llevarlo a un conflicto con los dos capos más poderosos de México: “El Chapo” y su socio, Ismael “El Mayo” Zambada. Y sale al paso.

Les digo que México tiembla cuando los capos hablan. “El Mayo” habló con Julio Scherer, fundador y propietario de Proceso, y expuso que los líderes de los cárteles no traen conflicto entre ellos y que el problema del narcotráfico no se termina con la muerte de los “zares” de la droga ni con su aprehensión. Unos caen, otros los sustituyen.

Ahora es Caro Quintero el que acude a Proceso. Les concede la entrevista y rechaza que tenga bronca con “El Chapo”. A su mamacita, todos sus respetos. A sus negocios, igual.

¿Entonces por qué salir a decirlo?

Seguro es que el gobierno ya tenía armada una guerra entre capos en la que todos irían contra todos y finalmente se exterminarían. Y luego se apoderarían de las rutas por donde se trafica, que es lo más valioso entre los cárteles, lo que se cotiza mejor, lo que los ha hecho ricos y poderosos.

El mensaje de Caro Quintero parece claro: problema con “El Chapo” y con los Beltrán Leyva, dos de sus líderes ya muertos y otro en prisión, ni en sueños. Y con “El Mayo” Zambada tampoco.

Así que, si alguien atenta contra el ex líder del Cártel de Sinaloa, en una prisión federal, pues ha de ser otro, no Caro Quintero.

Los capos no suelen hablar. Rehúyen los reflectores. No quieren nada con la prensa. No se dejan fotografiar ni grabar. 

No les gusta el vídeo. Amado Carrillo Fuentes estaba obsesionado con que no lo reconocieran y por eso se quiso practicar una cirugía facial para cambiar de rostro. Supuestamente ahí murió, aunque hay quien cree que aún vive… con otro rostro.

Ahora habla Caro Quintero y su mensaje al gobierno es directo: no tiene problemas con “El Chapo”, no quiere una guerra entre cárteles. Y si alguien la desata, es el gobierno. Y creo que es eso: una guerra que va a sacudir a la sociedad.

(Comentarios y tips a: [email protected])



¿Te ha parecido interesante la columna?

Comentarios

Comparte
La vista se no puede mostrar porque supera el umbral de vista de lista (5000 elementos) aplicado por el administrador.

Para ver los elementos, intente seleccionar otra vista o crear una nueva. Si no cuenta con permisos suficientes para crear vistas para esta lista, solicite al administrador que modifique la vista de modo que cumpla con el umbral de vista de lista.

Más información sobre la creación de vistas para listas grandes.