Una chispa y comienza el incendio. Así andan las cosas en la sierra, donde Comisión Federal de Electricidad da mal servicio, provoca apagones, encabrona a la gente, que a cambio le retienen a su personal y existe la amenaza de que inicie la toma de carreteras, lo que está a un paso de la ingobernabilidad.

Pongámonos en el lugar de ellos. Hagamos de cuenta que vivimos allá, en Playa Santa y Amatán, y que está del carajo que te cobren por un servicio y a cada rato se vaya la luz, dañando los aparatos eléctricos, los electrodomésticos y todo lo que te sirve para vivir mejor.

Mal servicio y caro equivale a fraude. Y eso es lo que enfrentan nuestros paisanos en la zona rural. Por eso se quejan y les sobra razón. ¿O acaso usted y usted y yo estamos dispuestos a pagar y que a cada rato se vaya la energía eléctrica, o que con los altibajos de corriente se nos queme todo?

Esta bronca comenzó a reventar cuando por las quejas de los usuarios, CFE envió gente a Playa Santa y Amatán. Era un despiporre de poquísima, con apagones tan seguidos que las casas ya parecían antros a la hora que echan a andar la luz estroboscópica. Se va, regresa; se va, regresa; se va, regresa.

Claro que todos en lo primero que se ponen a pensar es en sus aparatos, la tele, la licuadora, el refri, lo esencial para vivir más o menos bien.

Y cuando llega el recibo de pago, entonces ahí viene el encabronamiento porque CFE cobra como si el servicio fuera VIP.

En cosa de 15 días el asunto hizo crisis. Se agudizaron los apagones y el malestar se convirtió en un volcán con fuerte actividad.

Cuando llegó el personal de CFE, realizó su trabajo. Medio remendó el problema y se disponía a retirarse. 

Entonces decidieron los usuarios que ahí se quedaban los trabajadores. Más o menos como ven a comprar una ramita de “tenmeacá” y que se las aplican.

Retuvieron a seis de los ocho trabajadores y enviaron el aviso de que no los soltarían hasta que les cumplieran todas sus demandas, incluyendo que subiera el personal del área jurídica de CFE para suscribir acuerdos.

Pedían que una de las líneas de conducción que pasa por algunos de los ranchos sea removida o en su defecto que les paguen a los propietarios de los predios lo que les corresponde por la afectación. 

También pidieron que CFE les aplique una cuota fija porque no confían en lo que indican los medidores, que además, con los altibajos de corriente, se dispara el consumo y el pago es elevado.

Cuando comenzó la bronca, el ayuntamiento de Las Choapas ni se metió. Sólo les dijo que retener al personal es un delito federal y que mejor se suavizaran. 

Pero ellos seguían en su papel, cansados del mal servicio, de que les suspendan el suministro sin previo aviso, de la zozobra de que en cualquier momento se les pueden quemar sus aparatos eléctricos y de que los afectados siempre sean ellos.

Cuando les expresaron que CFE presentaría denuncias contra los pobladores —en ambos lugares habitan más de mil 800 personas—, la reacción no se hizo esperar. Si se trata de radicalizarse, se van a radicalizar. Y si se trata de saber quién es más cabrón, pues ellos son más cabroncitos.

Aquí, les decía, hubo una chispa y prendió. Lo de la CFE amenaza con desbordarse, con rebasar a la autoridad, con generarse un conflicto de proporciones mayores.

Ahora la demanda no es que CFE le proporcione a Playa Santa y Amatán un buen servicio de energía eléctrica, a buen precio, pagándoles las afectaciones de sus ranchos por el paso de una línea de conducción. 

Aquí el asunto comienza a tomar dimensiones que podrían llevar a un estallido social.

El solo hecho de que CFE amenace con presentar denuncias penales por la retención de sus trabajadores, irritó a la población. Tienen el respaldo de la diputada electa, Eva Cadena Sandoval, que llevará su caso al Congreso del estado una vez que asuma funciones, en noviembre, y que pondrá en la agenda pública el nombre de Las Choapas y los problemas de los choapenses.

La chispa prendió. Si CFE se va por la vía legal, comenzará la toma de carreteras y ni se dude que se bloquee el paso vehicular hacia el sureste del país, con todo el daño que esto implique.

El asunto va creciendo, requiere atención y, sobre todo, soluciones de fondo. Se exige que CFE actúe como una empresa de servicio, pero de servicio eficiente, que no lesione el bolsillo de los usuarios y que no sea motivo de conflicto. Por eso hay que escuchar, atender y resolver.

A última hora, nos comentan, que hasta Playa Santa se presentó la directora de Gobernación del Ayuntamiento, funcionarios de la CFE y uno en representación del gobierno del estado… 

Mejor eso que sentarse a ver cómo se incendia Veracruz.

Un apunte: Juan Ciudadano se va de vacaciones. Regresa Los Gobernados en cosa de 10 días. Hay que irse a dorar la piel. Les mando las fotos.

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