La disputa por los gobiernos de los 212 municipios veracruzanos en las próximas elecciones del cuatro de junio, va más allá del control político en la geografía electoral, es la lucha por obtener el control económico que representan las tesorerías de los ayuntamientos para capitalizar recursos en las elecciones a gobernador del 2018.

Con un PRI desquebrajado por la implicación de sus actores en el docenato corrupto Fidel-Duarte, los focos de atención están puestos en los resultados que arroje el PAN, con su aliado el PRD, y Morena, convertido en la oferta política emergente.

Los estrategas y operadores electorales de los partidos políticos que dominan las expectativas del futuro inmediato, observan detenidamente los números de votos obtenidos en las últimas elecciones municipales, para acomodarlas con la última votación que arrojó el proceso de elección a gobernador en el 2016.

Actualmente el PAN gobierna en 44 municipios; el PRI tiene alcaldes en 91 municipios veracruzanos, la mayoría de ellos con la bota del yunismo en el cuello; el PRD, 32; el PT, 5; Movimiento Ciudadano, 17;  AVE, 16 y el Partido Cardenista, 3.

Sin embargo, con las elecciones a gobernador en el 2016, la geografía del poder político cambió sustancialmente, la alianza PAN-PRD obtuvo 13 distritos: Tuxpan, Poza Rica, Papantla, Martínez de la Torre, Emiliano Zapata, Coatepec, Huatusco, Veracruz I y II, Medellín, Zongolica, Boca del Río, Cosamaloapan y Santiago Tuxtla.

La alianza PRI-PVEM-Nueva Alianza y AVE, obtuvo 5 distritos electorales: Pánuco, Tantoyuca, Álamo, Misantla y Acayucan.

El PRI sin coalición solo ganó en 3: Papantla, Perote y Córdoba.

El Partido Nueva Alianza sólo uno: San Andrés Tuxtla.

En su primera participación electoral en Veracruz, el partido de Andrés Manuel López Obrador, Morena, mostró su fuerza y obtuvo 8 distritos: Xalapa, Ciudad Mendoza, Orizaba, Cosoleacaque, Coatzacoalcos I y II y Minatitlán, teniendo su mayor fuerza electoral la franja petrolera del sur del estado.

Las elecciones municipales del 2017 son el picaporte para abrir la puerta al triunfo de la gubernatura que se jugará en el 2018, por lo que tanto el gobernador panista-perredista, Miguel Angel Yunes Linares, como el líder nacional de Morena, Andrés Manuel López Obrador, se han convertido en el gran dedo elector de los candidatos a alcaldes en los procesos internos partidistas.

Pragmáticos, uno y otro, no han dudado en recurrir a personajes ligados con la antidemocracia, la corrupción y los cacicazgos, pero con el requisito de que cuenten con el suficiente control político y las mañas para darles posibilidades reales de triunfo en algunos municipios.

Ya se ha visto en Xalapa, por ejemplo, que el PAN, a través de sus aliados del PRD –quienes se repartieron el número de posiciones políticas en las precandidaturas presidenciales– está enfrentando conflictos y disputas internas.  Conocido el caso del (aún) priista David Velasco Chedraui que al figurar en la lista del PRD para la candidatura por la alcaldía xalapeña, provocó la renuncia del empresario Nicanor Moreira Ruiz, quien se negó a participar en un proceso interno en el que considera que los dados ya están cargados.

En Coatzacoalcos, el expriista Jesús Moreno –del circulo de discípulos del jerarca priista Marcelo Montiel Montiel- ahora figura en la lista del PAN como precandidato a la alcaldía porteña. 

Para quienes creyeron que el combate a la corrupción y la práctica de la ética política serían el sello del actual gobernador, el caso del municipio de Pánuco les está dejando un muy mal sabor de boca porque quien se perfila como candidato del PAN es el priista excontralor del estado en el gobierno de Javier Duarte de Ochoa, Ricardo García Guzmán, quien creen les podría garantizar obtener un ayuntamiento importante en recursos y operación política. 

El caso de García Guzmán es un negocio político de jugosos dividendos para Yunes Linares, porque derivado de ese acuerdo, de un momento a otro el diputado Rodrigo García Escalante del partido Verde, anunciará su cambio a diputado panista.

En el otro frente con fuertes expectivas, Morena, en los municipios donde tienen un fuerte grado de aceptación y popularidad electoral, buscan entrarle con la misma fórmula de acádemicos como han hecho en la capital del estado, Xalapa; en otros municipios, se apuntala con lo que sea, aun se trate de exmilitantes priistas.

Los problemas de Morena persisten en la falta de filtros para las nominaciones de candidatos, siendo un partido nuevo en el estado, carece de liderazgos locales fuertes, y la apuesta sigue siendo ganar por la oleada morenista en la entidad.

Por lo mismo se advierte que en municipios gobernados por el PRI, varias alcaldías pasen automáticamente a Morena, el cual tiene una fuerte presencia en el sur del estado.

En un Veracruz devastado económicamente, 2017 y 2018, no tendrán respiro para un progreso verdadero, porque los recursos políticos y económicos estarán al servicio de los intereses electorales. 

(@moralesrobert)([email protected])​