Apresado, con un pie en la cárcel, la desesperación lo llevó al ex abrupto, Flavino Ríos Alvarado, no contuvo la ira y recurrió a la descalificación que durante años usaron los ex gobernadores Fidel Herrera Beltrán y Javier Duarte de Ochoa, para denostar a su enemigo político, Miguel Angel Yunes Linares: 

"A mí nunca me han acusado de pederasta”, recriminó, al enterarse de que no permitirían saliera en libertad para enfrentar el juicio en el que, en sus funciones de gobernador interino del estado de Veracruz, lo acusan de haber incurrido en tráfico de influencias, abuso de autoridad y encubrimiento para favorecer la fuga del ex gobernador Javier Duarte de Ochoa, al prestarle un helicóptero de gobierno del estado.

En aquellos días del agitado mes de octubre del año pasado, Ríos Alvarado, primero negó haber prestado aeronave alguna al ex mandatario prófugo, incluso, retó al gobernador electo, Miguel Angel Yunes Linares, a revisar la bitácora de los vuelos del gobierno de Veracruz, para demostrar su “inocencia”. Sin embargo, presionado, sabedor de las evidencias, terminó aceptando públicamente que sí había prestado un helicóptero a Javier Duarte, pero como una mera atención a un ex mandatario, sin saber, aseguró, que existía orden de aprehensión en su contra.

Cinco meses después de ese episodio, todo parece indicar que la Fiscalía especializada en hechos de corrupción y cometidos por servidores públicos de la Fiscalía General del Estado, a cargo de los fiscales octavo y décimo, José Tomás Francisco Hernández Morales y Carlos Alberto Cadena, ya obtuvieron las pruebas para demostrar que el entonces gobernador interino sí sabía que se había girado –o giraría- orden de aprehensión en contra del ex gobernador con licencia, Javier Duarte de Ochoa,  por los delitos de delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita.

Duarte de Ochoa habría obtenido el soplo desde adentro de la PGR, y la información de la investigación ministerial 38/2017, así lo deja ver:

A menos de 24 horas de que Flavino Ríos Alvarado había asumido la gubernatura interina, la medianoche del 12 de octubre, la mañana del jueves 13 acudió al aeropuerto para girar instrucciones precisas al personal encargado de las aeronaves del estado para brindarle la ayuda necesaria al ex gobernador en su traslado fuera de la capital del estado.

El viernes 14 de octubre de 2016, Javier Duarte, hizo una llamada telefónica a Ricardo Casanova Morales de la Dirección General de Aeronáutica en el aeropuerto El Lencero. Acordaron que entre 40 y 50 minutos le tendrían lista una aeronave.

A las 16:30 horas se volvió a comunicar. Ahora con un celular con lada de la Ciudad de México, pidió que el helicóptero lo trasladaran a la pista del Agrocentro, en la carretera Xalapa-Veracruz, donde él los esperaría.

Entonces se conocía que la residencia del ex gobernador se encontraba en el campo de golf, enfrente de la terminal aérea de El Lencero, por lo que es claro el intento de evasión al solicitar la aeronave al Agrocentro, ubicado a 51 kilómetros de ese lugar, y a menos de 40 minutos de distancia en vehículo por tierra. ¿Para qué moverse tanto estando tan cerca?

Los pilotos Jesús Peregrina y Francisco Javier Herrera despegaron entre las 16:50 y 17:00 horas del Lencero al Agrocentro, donde se encontraron con Duarte de Ochoa y una persona no identificada.

El vuelo había sido solicitado con destino al puerto de Veracruz, pero en la aeronave el ex mandatario pidió que lo llevaran a Coatzacoalcos, donde tenían residencia la familia de su esposa, también prófuga, Karime Macías Tubilla.

La nave aterrizó en el estacionamiento del Centro de Convenciones de Coatzacoalcos. Una camioneta esperaba a Javier Duarte y su acompañante. Abordaron y desde esa tarde del viernes 14 de octubre, se le perdió la pista.

El escándalo se desató la noche del lunes 18 cuando la periodista Denise Maerker en su noticiario televisivo reveló que el fin de semana a petición de la PGR y la SHCP había sido girada orden de aprehensión contra el mandatario.

Hoy, la detención del ex gobernador interino, Flavino Ríos Alvarado, reaviva la llama mediática del caso Javier Duarte de Ochoa y mientras que el gobernador, Miguel Angel Yunes Linares, reconoce que la principal demanda de la sociedad es que se aprehenda a Javier Duarte de Ochoa, argumenta que su gobierno cumple con su compromiso de no admitir la impunidad mostrando en prenda que el ex secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita, y ahora el ex gobernador interino, Flavino Ríos Alvarado, se encuentran en prisión, mientras que se le sigue proceso en contra a otros funcionarios del régimen duartista.

Los adversarios de Yunes Linares, por su parte, aseguran que la detención de Ríos Alvarado es una estrategia del yunismo para tender una cortina de humo al desastre que resulta su administración en sus primeros 100 días de gobierno.

Enfrascado en una guerra verbal con el gobernador panista, el dirigente nacional de Morena, Andrés Manuel López Obrador, en una nueva gira por Veracruz, desde la comunidad de Teocelo, en la zona montañosa del centro del estado, ayer domingo, arremetió en su contra al calificar la detención como un acto de propaganda porque, aseguró, que en los próximos dos años “no van a detener a Javier Duarte, pues es un acuerdo nacional para utilizarlo electoralmente.  

“La detención del ex gobernador es propaganda, nada más. Tan es así que Yunes acaba de apoyar al que fue Contralor de Duarte para que sea candidato a presidente municipal”, fustigó López Obrador, acusándolos de que “son la misma mafia”.

En el mismo tono, con el mismo discurso, el ex presidente de la Fundación Colosio del PRI, Inocencio Yañez, declaró a la reportera de PRESENCIA, Isabel Ortega, que difícilmente se va a detener a Javier Duarte, porque eso permite al actual gobierno tener vigente el tema entre la población y poder capitalizarlo en los dos procesos electorales que están por venir.

“Todo sabemos que Flavino tendrá muchos defectos, que los tiene, pero no sé sabe que sea un rata y que desde la Secretaría de Educación Pública o de la de Gobierno le haya metido la mano al cajón”.

Cuestionó por qué una gente que no es amigo del Javier Duarte, que no formó parte del saqueo, se le usa como chivo expiatorio. “Lo quieren sólo para taparle el ojo al macho y hacer que se está persiguiendo a la banda de Javier Duarte cuando se pasean impunemente y contra ellos no hay nada”.

En la audiencia que se llevó a cabo ayer domingo en Pacho Viejo entre los fiscales y Flavino Ríos y su defensa, antes de que ingresara al penal de Pacho Viejo en Coatepec, Veracruz, la decisión de la jueza Alma Aleida Sosa Jiménez de negarle una fianza para enfrentar el proceso en libertad, lleva a muchos a pensar que en los próximos días el criterio de la jueza podría ser  revertido.

Pero si eso no ocurre, y los fiscales efectivamente tienen los elementos para demostrar que el ex gobernador interino sabía que Javier Duarte de ochoa sería detenido en la víspera, Flavino podría enfrentar una sentencia hasta por 15 años de prisión. 

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