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Arturo Reyes Isidoro

Prosa Aprisa

Día de la Libertad de Prensa

06/06/2011 09:30 p.m.
Inicio este Día de la Libertad de Prensa enviando a Carlos de Jesús Rodríguez mis mejores deseos de que pronto esté totalmente recuperado de su salud. A su familia, otro abrazo más.

“La prensa, si es libre, se aviene mal con los poderes (políticos, económicos o religiosos), pero goza del sustento de miríadas de ciudadanos. Ellos no son únicamente los destinatarios del producto que realizamos, sino los verdaderos propietarios del derecho a la libre expresión”.

Esta afirmación la hizo el pasado 4 de mayo el periodista José Luis Cebrián ex director y actualmente presidente del diario EL PAIS de España al cumplir 35 años ese periódico.
 
Con ello estaba señalando lo difícil y complejo de la relación entre la prensa, cuando actúa con responsabilidad y cumple con su función primordial de informar, así a secas, y los demás poderes, pero también el papel preponderante que tiene la sociedad si es consciente de que es la verdadera detentadora, de que es suyo el derecho a la libre expresión.

Cebrián señaló además que el funcionamiento de una democracia fuerte precisa de partidos políticos capaces de ejercer la representación popular, pero también de instrumentos de opinión pública que se alcen contra los abusos del poder y ejerzan la crítica y la denuncia “con cuanta dureza les venga en gana, lo que no es necesariamente sinónimo de hostilidad”.

Pero la relación del poder y la prensa es indisoluble, necesaria por naturaleza, como lo recordó el actual director de ese diario español, Javier Moreno, cuando mencionó que la democracia y el periodismo son dos instrumentos cuya invención data aproximadamente de hace unos 200 años: “Nacieron juntos, han evolucionado juntos y no cabe imaginar que puedan existir el uno sin el otro”.

Moreno coincidió con Cebrián: “No conozco ni concibo democracia alguna sin una prensa libre, potente, e independiente, capaz de exigir al poder explicaciones de sus actos y de sus decisiones en nombre de los ciudadanos. Ese es, en esencia, el papel de intermediación que han ejercido los periódicos a lo largo de estos dos siglos”.

Para él, “sin un periodismo profesional y libre la democracia resulta inviable” y por eso apuntó que “La prensa, en hojas de papel manchadas de tinta o sobre pantallas de toda condición, debe seguir siendo el lugar natural del debate de las ideas en democracia. Sería ocioso negar que Twitter o Facebook desempeñan un papel de primer orden en la conformación de la conversación global”.

Todo esto lo retomo a propósito del Día de la Libertad de Prensa este martes y acudo a estos periodistas españoles (aunque creo que los buenos periodistas no tienen nacionalidad porque sus ideas, su pensamiento, son de validez universal) porque creo que son el mejor espejo en el que nos debemos ver: ellos transitaron de una dictadura a un modelo de democracia ejemplar que tuvo como sustento la prensa, concretamente el diario EL PAIS.

¿Debemos celebrar esta fecha en México, en Veracruz, o mejor hacerla válida con el ejercicio diario?
Con las excepciones de quienes nunca han querido participar, a partir del gobierno del presidente Miguel Alemán, cuando se instituyó en la efemérides nacional el Día de la Libertad de Prensa, se convirtió en una tradición festejar, celebrar la fecha; o más bien que el Gobierno, el poder constituido, agasaje a los periodistas.

Esto no tendría nada de malo si el poder y la prensa convivieran en un plano de respeto al ejercicio de cada quien. Creo que en aras de la democracia sería lo ideal. Pero, decía ayer, esa relación lamentablemente se pervirtió (es famosísima o por lo menos fue famosísima entre los reporteros de mi generación la frase acuñada por aquel célebre, famoso y admirado reportero de Excélsior en tiempos en que era director don Julio Scherer García, René Artega, quien decía: “Dinero que no te corrompa, agárralo”).

En Veracruz vivimos una nueva administración. El 5 de enero, en Córdoba, el gobernador Javier Duarte de Ochoa se reunió con reporteros de la zona centro del estado del diario Imagen. Ante ellos aseguró que los periodistas de la entidad tendrían garantizada la libertad de trabajo y que respetaría a todos los comunicadores aunque lo criticaran, además de que ofreció mantener una relación muy cercana con todos los trabajadores de la información. “En Veracruz se respeta a los que me critican, se respeta a los que me quieren y a los que no me quieren”.

Dijo entonces que trabajaría para dar todas las garantías a los medios de comunicación, aunque: “Primero que nada quiero garantizarles el ambiente de tranquilidad, de paz y de armonía a los comunicadores, a los medios de comunicación, yo soy un gobernador que no le molesta la crítica, al contrario, creo que es uno de los mejores instrumentos que tenemos los servidores públicos  para poder corregir en el caso de hacer algo que esté mal, de poder estar atentos y pendientes acerca de las acciones que debemos mejor enfocar en atención hacia la ciudadanía”.

Como para no dejar dudas, apenas el mes pasado, durante un desayuno con reporteros, la directora general de Comunicación Social, Gina Domínguez Colío, dijo algo que no debe pasarse por alto: “La censura ya no existe, es un mito, lo que predomina es la autocensura” y desmintió que se pida a los medios de comunicación que no se publique información que afecte la imagen del gobierno.

La vocera señaló que el gobierno de Javier Duarte “lo único que ha pedido en materia de comunicación social es que se trabaje la información con orden y objetividad”. “Nosotros no pedimos que no se publique nada. Lo que estamos pidiendo es que se publique de manera objetiva y apegada a lo que se está haciendo. Pero censura de parte del gobierno hacia los medios en Veracruz no existe, no podría existir con una historia en medios tan importante como la que hay en el estado”.

Las palabras primero del gobernador y luego de la titular de Comunicación Social dejaron, de hecho, el balón en la cancha de los medios, de los periodistas. Gina fue muy precisa: no hay censura, hay autocensura.

¿Acaso su dicho no debiera motivar a los periodistas a no autocensurarse –los que lo hacen– e iniciar una nueva etapa del periodismo en Veracruz? Informar con objetividad, como pide Gina Domínguez, es decir, dar cuenta de los hechos tal cual son.
 
El director de EL PAIS Javier Moreno dijo algo que nos debe mover: “Los periódicos deben sustentar el libre debate de las ideas en libertad y proporcionar la información veraz y precisa que los ciudadanos necesitan para este ejercicio.
 
Dicho de otra manera: la democracia ha de aspirar a integrar las discrepancias de los ciudadanos en vez de liquidarlas mediante la imposición de una verdad superior y única”.

¿Por qué no darles crédito al gobernador y a su vocera en cuanto al respeto y las garantías que ofrecen a quien haga crítica como un instrumento para corregir lo que esté mal? Si ellos y nosotros asumimos la parte que nos corresponde y la ejercemos con responsabilidad saldrán ganando la democracia y la sociedad.   

 

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